El sábado dedicado a las perdices en otro coto de montaña y comprobación de que la perdiz ha criado mal por esos lares. Cazando con el equipo asturiano, Carlos, Víctor y Juan, solo un bando visto y de 5 perdices en toda la mañana, y sin ver rastros, ni cagadas, ni dormidas de más.
El domingo tocaba probar una experiencia nueva, jornada a la liebre con galgos, pero antes un paseíto con Lida a ver si podía enfrentarse a sus primeras becacinas. Aunque ha llovido la semana pasada, la zona todavía está seca. Aún así vimos dos, la primera sin que Lida se enterara pero la segunda bien trabajada por la cachorra y con la suerte de poder cobrarla.
El paseo con los galgos un poco decepcionante. Salimos por una zona con viñas y perdidos y aunque vimos 7-8 camas, no echamos ninguna. Decían los galgueros que con tanta maleza pudieron quedársenos encamadas. Otra vez será.
El paseo con los galgos un poco decepcionante. Salimos por una zona con viñas y perdidos y aunque vimos 7-8 camas, no echamos ninguna. Decían los galgueros que con tanta maleza pudieron quedársenos encamadas. Otra vez será.