miércoles, 31 de diciembre de 2014

Ultimo fin de semana del año

El último sábado de caza del año me trajo el primer cero de la temporada, 5 horas de caza en la montaña sin ver pluma, ni pitorras ni perdices. Sí que tuve las perras puestas por dos veces en una zona donde hace 10 días volé una becada, pero ni la vi a ella ni sus cagadas. También las perras se entretuvieron tras un bando de perdices, varias muestras y peones por toda una cresta con gallinazas frescas, pero ni verlas.

El domingo solo pude salir dos horas y esta vez la suerte cambió, volando dos pitorras casi juntas. Primero una que vi levantarse sola por delante, y cuando las perras llegaron más o menos al sitio de donde debió haber salido muestran, algo de peón y nueva muestra firme. Pensando que serían los rastros de la volada al principio no le di importancia, pero como no rompían, sobre todo la Xana, que rompe rápido si no hay pájaro y que en esta ocasión se adelantó a Lida, busqué cómo colocarme por si acaso. En eso arrancó sorprendiéndome y aunque le pude tirar un tiro no le di. Seguí en la dirección que me pareció verla y en la siguiente vallina encontró la perdición con Xana y Lida rodeándola perfectamente.

El siguiente día de caza será el primero del 2015, ¡¡¡Feliz Año!!!

jueves, 25 de diciembre de 2014

Tradición navideña

Desde que puedo salir a cazar aquí al lado de León he establecido una tradición navideña, el paseo matinal para bajar la cena de Nochebuena y preparar el cuerpo para los vinos previos a la comida de Navidad. Una salida de un par de horas a la que hasta la fecha no ha fallado la pitorra navideña. Hoy además he sacado a Hera, que a sus 12 años y medio no está para paseos más largos. No tuvo opción de levantarle la becada a su hija, pero verla con la pitorra en la boca después del cobro me ha hecho recordar tantos y tantos buenos momentos de temporadas pasadas que hasta me he llegado a emocionar. En Año Nuevo repetiremos jornada semejante, y Hera volverá a estar en ella.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Ratines bien aprovechados

Esta semana a tocado salir a ratines, cuando el trabajo me lo ha permitido, pero no se ha dado mal. El jueves por la tarde salí en el pueblo a una zona del coto que tenía sin tocar este año y que después de la helada que había caído por la noche (-9 grados a las 9 de la mañana cuando mi padre salió a perdices) me daba que podía tener alguna, praditos encharcados, arroyos con algo de turbera, robledal medio solano... Así fue, aparecieron dos pitorras, haciéndome con una de ellas y burlándose de mi la otra en los dos levantes que le dieron las perras. Se terminó la pila del beeper de Xana y llevar un perro sin beeper ni campano por los robles es muy estresante, en esta ocasión fue la salvación para la pitorra, jajaja.


El sábado mañana de caza con mi amigo Mejido. 3 horas sin ver nada, con rastros y cagadas de una vieja conocida suya y en la última hora, después de cambiar de sitio, vemos 2 a muestra de Lida, llevándonos una cada uno como buenos amigos y una perdiz que después de un adrenalínico peón bajó Mejido de un tiro largo pero preciso, con perdigón del 10 pero si el tiro va a la sitio... Y entre medias una liebre a la que no nos dio tiempo de encarar entre los robles, una hora de traca.


El domingo solo dos horas de caza, la primera de visita a las becacinas. Solo vi 7, 5 de ellas levantando casi juntas y aunque les tiré dos tiros creo que no apunté realmente a ninguna, y dos sueltas de las que pude hacerme con una. Parece que este año les está costando bajar de sus cuarteles de invierno como a sus primas las becadas. Después otra hora a las pitorras en un par de vallejos donde ya había cazado una hace 3 semanas y donde otra ocupó su lugar. Un primer levante en el que aguantó bien la muestra de Lida, que yo llegara y me colocara, que Xana llegara y la bloqueara por el lado contrario, pero en el que supo escapar saliendo rasa entre los robles pudiendo tirarle de mala manera dos tiros que aparentemente no la tocaron. Siguiendo en la dirección que salió, vallina arriba, no habíamos andado 100 metros cuando Xana muestra en unas urces, saliendo esta vez franca. Que se posara así tan cerca y en un sitio relativamente poco propicio para defenderse me hizo pensar que algún perdigón del primer lance la tocó.



Aprovecho para desearos a todos ¡¡¡FELICES FIESTAS!!! y como siempre ¡¡¡buena caza con vuestros perros!!!

martes, 16 de diciembre de 2014

Becadas pirenaicas

Este fin de semana tocó paliza de viaje a horas intempestivas para disfrutar del ya clásico fin de semana de caza por el Pirineo catalán, en los dominios de nuestro amigo Palomo. Esta vez nos acompañó además mi padre, aprovechando que el sábado había una cacería de venado en el coto. 
Al final el pelo pudo a la pluma y el sábado nos quedamos David y yo solos tras las becadas, acompañados por Xavi, también de Gerona, que el año pasado se llevó un cachorro de la camada de Neska y Mago. Por cierto, no se si será el aire del Mediterráneo o que, pero Iru se ha hecho un perrazo, con un físico que nos sorprendió, bastante más desarrollado que su hermano Bizkor, con el que compartió jornada. Fue una mañana rara, en una esquina del coto que nunca habíamos cazado y donde anduvimos un poco despistados debido a la cacería y en la que anduvimos detrás del rastro de 3 becadas a las que no conseguimos ver, se iban levantando por delante dejándonos solo la cagada, el ruido al levantar o algunas veces ni eso, solo la muestra de los perros entre cagada y revoloteo. Por la tarde, ya solos David y yo, el uno con Zambra y el otro con Lida, pudimos disfrutar de uno de esos lances para recordar. Después de dos levantes "fantasmas", a la tercera muestra Lida y Zambra se fueron turnando con unos peones y muestras entre los bojes que nos llevaron a sudar adrenalina durante algo más de un cuarto de hora. Resultó una joven tardía pero menudo juego nos dio. Como digo, para recordar, porque nos falló la batería de la Gopro después de tanto día de encender y apagar la cámara, una pena.


El domingo ya salimos a la zona que solemos cazar todos los años, haciendo equipo Manuel y yo por un lado y David y Palomo por otro la mayor parte del tiempo. Una cazada bien trabajada por Lida y Xana, otra que fallamos Manuel y yo pecando de principiantes, una tercera que después de un buen peón de Xana, Yara y Lida salió por la espalda de Manuel sin poderle tirar ni ser capaces de dar con ella en la rebusca, y el rastro de al menos otra más que nos dejó la cagada bien fresca en el único rato que coincidimos los cuatro juntos fue el resultado de un precioso día entre pinos y bojes.


Quizá menos becadas que otros años y más esquivas, pero todo está más que justificado por el hecho de disfrutar de un cazadero tan bonito y distinto a los nuestros y, sobre todo, de la compañía y el afecto toda la familia de Palomo, que nos hace sentirnos como en casa, ¡¡mil gracias!!

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Jornadas con los amigos

Un par de semanas sin escribir, ¡¡se me acumula el trabajo y los lances!! Estos últimos días de caza he salido casi siempre acompañado por amigos variados y cazaderos diferentes,  probando incluso sitios nuevos donde nunca había cazado. No ha habido resultados espectaculares pero las pitorras siempre han hecho acto de presencia y nos han dado pie a estar entretenidos por el monte.

Con Manuel y Mejido hicimos equipo para dar una vuelta por robledales de la media montaña de León. Una jornada en la que vimos 3 pitorras muy ariscas y metidas en sitios bastante sucios, algo que nos resultó raro para las fechas en las que estamos y, sobre todo, para el tiempo que hacía hace dos semanas, templado y húmedo. Quizá barruntaran la borrasca que la semana siguiente dejó las primeras nieves y ya estaban ocupando sitios de invernada. El caso es que solo pudimos hacernos con una que hábilmente bajó Mejido con un tiro de reflejos cuando ya se nos levantaba por delante sin casi dejarse ver. Fue la tónica de los 10 levantes que tuvimos entre las 3, menos mal que al menos los perros pudieron morder una después de tanto peón y levante largo en el único tiro en toda la mañana.

La siguiente jornada fui con Carlos a su coto de Palencia, a priori bueno de entrada. Toda la mañana sin un triste rastro. A primera hora de la tarde Lida y Xana al fin consiguieron dar con una en un arroyo, 3 tiros de Carlos y nos parece que va pinchada. Seguimos en su dirección y 50 metros más adelante las perras de nuevo en muestra fija, pero no sale nada. Pensando en si podría haber dado un bote al pinar de al lado, empieza a sonar el collar de Lida a unos 80 metros. Llega Xana y patronea. Nos colocamos los dos, mando entrar a las perras, Xana rompe y queda de nuevo en muestra unos metros por delante de Lida. Me acerco poco a poco y llego a ver la pitorra camuflada entre las urces. Me sale a media altura hacia atrás, la dejo cumplir esperando a que Carlos tire y finalmente tiramos los dos a la vez abatiéndola. Por lo que hizo seguramente iba pinchada del primer levante como así nos pareció en el momento. Lo mejor fue el video resultante, se la ve como ninguna de las que había grabado hasta ahora en un día de caza.


Al día siguiente solo salí de mañana yo solo a tocar un monte que tenía sin visitar. Poca cosa, una pitorra a media mañana a la que no pude tirar en el primer levante y que en el segundo tuve suerte, porque nada más quedar las perras puestas en una esquina de una mata de robles sale por la otra punta de la mata pero cara a mi que me estaba acercando a la jugada, con lo que después de pasarme por encima  me brindó el tiro más fácil de lo que llevo de temporada.

Al jueves siguiente el trabajo no me dejó salir más que a dar una vuelta de hora y media por unas encinas donde nunca cazo porque me quedan a desmano y además tienen bastante conejo con lo que los fines de semana están copadas de podencos, sabuesos y conejeros. Ese día el trabajo me llevó por la zona y a las 16,30 que llegué allí no había nadie, así que me decidí a probar. Resultó un paseo movido, con cuatro levantes a dos chochas que no me dejaron ni encarar la escopeta. Menuda protección tienen en las encinas, a mi que me gusta disfrutar del lance, ver la pieza, dejarla volar y apuntar, en esos sitios que piden tirar casi al ruido, sin ver y a tenazón me sacan mucha ventaja.

El fin de semana de nuevo en compañía, esta vez de dos perdiceros vallisoletanos poco acostumbrados a las becadas pero que hacía años tenía ganas que me acompañaran un día, José Luis Garrido, una institución en el mundo de la caza en España, y su compañero de fatigas cinegéticas Carlos Sastre, acompañados también por mi amigo Juan, que vino desde Asturias huyendo del temporal de agua que tenían por allí ese sábado. Una mañana en la que levantamos dos pitorras y conseguimos cumplir el objetivo de los vallisoletanos tuvieran opción, puesto que la primera se levantó entre Lida y yo volando por encima de ellos dos abatiéndola Carlos de un certero disparo. La otra no nos dio opción y tras tres levantes puñeteros no volvimos a verla. Entre las pitorras, las carreras de 3 liebres que levantamos, el andar tranquilo, los habituales chascarrillos y el intercambio de vivencias cinegéticas con estos dos veteranos cazadores, verdadera escuela en vivo para cualquiera que tenga la suerte de compartir una jornada con ellos, se me pasó la que quizá haya sido la mañana más entretenida de la temporada. 

Después de comer y de que cada uno volviera a su casa, con todavía una hora de luz por delante me quedé solo a dar una vuelta por otra parte del coto. Apareció otra pitorra que me puso Xana ya casi entre dos luces y aunque después del segundo tiro me pareció que hizo un raro siguió volando. Seguí en la dirección en que la dejé de ver y al poco las perras empiezan a dar un peón, más peón, y más y más, hasta que unos minutos más tarde y cuando ya pensaba que estaban detrás de alguna liebre o de otro rastro viene Xana con la pitorra en la boca, con la lógica alegría por mi parte, abrazos y besos para Xana y Lida.


El domingo tocó descanso por la mañana y trabajo al mediodía cogiendo muestras en una cacería de jabalí, que me llevó nuevamente cerca de las encinas del jueves pasado, así que por la tarde le di una nueva oportunidad de dos horas a las encinas. No llevábamos ni cinco minutos cuando tenemos la primera muestra. Pensando como colocarme siento levantarse un bando de perdices, 6-8 por el ruido. Seguimos cazando y al rato nueva muestra en unas encinas cerradas. Cuando espero salir la becada arranca una perdiz ruidosa que logro ver un momento, lo justo para tirarle y hacerme con ella, un bonito macho del año. Al rato nueva muestra y una pitorra que me arranca sin verla aunque las perras sí que salen corriendo detrás de ella. Sigo andando en la dirección en que salió pensando que las encinas se me resisten cuando nuevamente suena el beeper de Lida. Xana llega y pone por el otro lado de las encinas y me coloco perpendicular a las dos y algo separado a ver si tengo más ángulo de visión. Las mando entrar pero no acaban de romper la muestra. Así pasamos unos segundos, minutos, horas me parece a mi, hasta que arranca y antes del quiebro para librar la siguiente encina puedo tirarle y hacerme con ella.

El lunes mañana por mi pueblo para cerrar el fin de semana de tres días. Con mucha helada y días previos de nieve y frío decido meterme en un par de arroyos a ver, sacando además a la vieja Hera, que todavía me aguanta recorridos de un par de horas, pero no encuentro ni rastro. Me paso al robledal y las perras dan con una pitorra en una zona de robles grandes muy limpia, lo que supone que la pitorra haga un peón largo y se levante lejos viéndola de milagro. Otro levante parecido más adelante y a la tercera, cuando iba por el mismo camino de las dos veces anteriores, esta vez se despista con la distancia dando a Xana la oportunidad de volver a mostrarla después del peón, y a mi de abatírsela cuando ya quería poner tierra de por medio levantando por detrás de una urz.


En fin, días con amigos, ratos de soledad y alguna que otra pitorra para entretener a perros y cazadores, así que poco más podemos pedir.