sábado, 31 de enero de 2015

Valoración temporada 14/15

Qué raro se hace estar en casa el primer fin de semana después del cierre de la temporada...

Como todos los años, con  la ropa recogida, las botas cuidadas, los cartuchos colocados, la escopeta limpia y guardada y los perros disfrutando de unos días de descanso, toca hacer balance de la temporada. En términos generales la valoraría como buena o incluso muy buena. 

La perdiz crió bien en nuestros cotos de montaña, permitió quitar alguna a casi todos los bandos conocidos, pronto se pusieron duras favorecidas por el buen otoño que tuvo y hasta el cierre de la temporada se han mantenido los bandos con 5-7 perdices, lo que asegura madre para la temporada que viene. Le dediqué prácticamente una cuarta parte de mis jornadas de caza, siempre en compañía de mi padre, lo cual me presta sobremanera. Las perras estuvieron bien, aunque esperábamos algo más de Sharon en su segunda temporada. Tiene demasiado nervio y carácter infantil, está tardando en madurar y aunque hace cosas muy buenas, algunos ratos le da la neura de correr o de no patronear y estropea algún lance. Va por el camino de cumplir aquello de "el perro con un año una pata, con dos años dos patas, con tres años tres patas y con cuatro perro completo".

La pitorra sigue acaparando el grueso de mis jornadas. Este año entró más tarde y de forma más gradual que los últimos años, acorde sin duda al tiempo que ha habido tanto en Centroeuropa como aquí, pero al final me ha dejado una buena temporada, puesto que tan solo un día no vi ninguna, en casi todas las jornadas tocamos pluma, algún día pude hacer el cupo y se cerró el año con el cupo anual francés, que me parece muy acertado como medida de gestión, todo sea dicho de paso. Xana y Lida han estado a muy buen nivel, se compenetran perfectamente y eso me hace las cosas muy fáciles. Lástima por Hera, a punto de cumplir 13 años este año ha salido muy poco y solo en el pueblo, donde más ha flojeado la becada, con lo que no he podido cazarle ninguna, aunque participó en un par de lances que me supieron a gloria. Es además la caza que más jornadas comparto con amigos, ellos en mis cotos y yo en los suyos. Compartir vivencias, ver otros perros, disfrutar de otros cazaderos, afilar caninos en las comidas... siempre es un plus gratificante.

Ha sido la temporada más floja para las becacinas. Les dedico 4-5 ratos todas las temporadas al no disponer de más cazaderos para ellas, pero este año han fallado en densidad. Donde otros años levantaba 18-20 cada día, este año el día que más vi fueron 14, siendo lo normal 7-8. Seguramente se debió a una escasa migración, este año por aquí se han visto pocas invernantes como avefrías, patos, gansos, etc. Para terminar una reflexión: donde las cazo están en plena concentración parcelaria y ya he oído que quieren desecar esos prados con los únicos manantiales a ras de suelo que se mantienen de forma natural todo el año en 20 kilómetros a la redonda para sembrar allí cereal. La zona corre grave peligro de desaparecer a manos de una agricultura intensiva que se va a cergar además el típico paisaje en mosaico que tenía (ya se han arrancado pequeñas parcelas de viña autóctona y se han eliminado linderos de arbustos). Es decir, volvemos a lo que se hizo hace 50 años en zonas similares y que ha llevado a la fauna pseudoesteparia y especies cinegéticas a una situación deplorable; pues bien, así hemos aprendido del pasado. Luego nos siguen vendiendo una PAC respetuosa con el medio, donde prima el respeto al ecosistema, la conservación del paisaje, etc, etc, a los que pisamos el campo a menudo se nos salta la risa.

En cuanto a conejos y liebres, siendo meros complementos a nuestras jornadas tirándoles sólo si las perras muestran alguno, en la percha han venido manteniéndose en cifras similares a años anteriores, aunque sí me queda la sensación de que están mejorando sus poblaciones en los cotos que cazamos, sobre todo la liebre, que raro es el día que los perros no se dan alguna carrera tras alguna.



Ahora toca recordar lances, ver de nuevo las fotos, procesar videos, y aprovechar los dos meses de censos de contrapasa... si llega el permiso de la Administración.

lunes, 26 de enero de 2015

Fin de temporada en Castilla y León

Ayer se cerró la temporada de caza menor en Castilla y León. Yo eché el cierre el sábado, después de dos jornadas, la del jueves y la del sábado, de lo más entretenidas.
El jueves amaneció todo nevado, pintaba mal para poder cazar, pero el sol salió con fuerza y pudo con gran parte de la nieve, de modo que a la hora prevista, las 2 del mediodía, pude salir  a cazar con Mejido. Primero dimos una zona de encinas dispersas con claros y ahí nos hicimos con la única que vimos. Desde ahí pasamos a una zona de robles y algún pino con pequeñas vallinas y volamos otras cuatro, una en cada cresta de las vallinas. La segunda de la tarde, después de un darle un vuelo tapado a Mejido en la que no pudo tirarle bien a muestra de Killa, la localizó Lida a media ladera entre unas urces. Salió franca y al primer tiro de Mejido soltó plumas pero siguió como si tal cosa. Yo estaba un poco más alto y pude seguirla de vista pareciéndome que caía como a 100 metros. Fuimos en esa dirección y al poco aparece Polo con ella, cómo cobra el cabroncete. Estábamos guardándola cuando empieza a sonar el beeper de Lida nuevamente en la siguiente cresta. Vamos para allá y después de patronear bien el Polo se mete por delante y para 10 metros por delante de Lida, entre unas encinas con el suelo muy limpio. Arranca la becada y me hago con ella, 3 de 3, la tarde estaba más que hecha. En la siguiente cresta teníamos los perros por encima dando unos robles cuando del medio de un claro se levanta sola una que me pasa como una pava por encima. Fuimos en la dirección que llevaba pero no hubo manera de encontrarla. Finamente, ya volviendo al coche por la última cresta suenan un par de beeper un momento y vemos volar lejos una becada. Seguimos en su dirección y nos vuelve a pasar lo mismo, un par de pitos del beeper y nuevamente la becada volando por delante. Con 3 en el morral y haciéndose de noche decidimos poner punto y final a la jornada.


El sábado por la mañana repetimos el cazadero del jueves, habían quedado dos y dos volvimos a echar, pero sin poder tirar un tiro. Hasta 4 vuelos dimos a una de ellas, nada más tocar el beeper ya la veías u oías salir por delante sin dar opción. Esa será buena para criar. Después de comer algo cambiamos de zona a una parte del coto que teníamos muy poco tocada y nos llevamos la sorpresa de echar otras tres. Primero veo yo levantar una sola por delante. Estamos comentando por donde salió y hacia donde la vi volar cuando empieza a sonar el beeper de Lida unos 80 metros a nuestra izquierda. Cuando estábamos llegando a ella se levanta la becada cara al sol, tiramos a la vez y ni 10 segundos después ya aparece el Polo con ella en la boca. Vamos en busca de la que se levantó sola y le damos otros dos vuelos, uno a muestra de Chiqui, la más joven de las bretonas, y otro a muestra de Lida, pero en ambos casos nos pasa lo mismo, apeonó del sitio y salió unos metros por delante sin darnos opción. Finalmente, de vuelta al coche pone Polo. Todos los demás llegan y patronean. Mandamos entrar y empiezan a dar peón. Nueva muestra de Lida unos metros más allá y patrón del resto, mandamos entrar y nuevo peón. Chiqui se desvía 20 metros a la izquierda y queda fija entre unos robles. Con Mejido bien colocado entro en la mata de robles a levantar, llego hasta la perra y no sale nada. Con pinta de que ya se hubiera volado me doy la vuelta, Mejido también y en ese momento sale la becada de la mata, comiéndonosla ambos, entre fijarla y buscar el sitio de tirar nos ganó la distancia y cuando pudimos tirar ya estaba bastante lejos. En este caso aguantar de más le sirvió para esquivarnos, a ver si sigue ahí en los perreos de contrapasa que dará juego.


viernes, 23 de enero de 2015

Llegó la nieve

Tarde, pero llegó con fuerza la nieve. Siempre me ha llamado la atención lo que disfrutan los perros con la nieve, especialmente con la recién caída, las carreras, saltos, revolcones, "buceos"... Momentos de relax.


domingo, 18 de enero de 2015

Jornadas para todos los gustos

El sábado pasado la cuadrilla de amigos de José Luis Garrido me invitó a un monte de encinas en medio del Páramo leonés, una isla arbolada en medio de hectáreas y hectáreas de maíz. Ellos cazan fundamentalmente el conejo, pero alguna vez levantan chochas y tenían ganas de que fuera alguien con perros enseñados a ellas. La niebla casi nos frustra la jornada, pero al final pudimos dar una vuelta de casi tres horas, en las que vimos 3 y cazamos 1, con algún rastro más que no pudimos confirmar si sería de ellas al no ver pájaro. Después homenaje gastronómico de otras tres horas al calor de la lumbre con menú muy variado: cecina de León, Nécoras coruñesas, lechazo al estilo de Traspinedo (Valladolid), paté de perdiz de La Mancha, pasteles de Benavente... ¡¡bendita niebla!! jajaja.


El domingo jornada reducida de dos horas cerca de casa, otra mañana de niebla y helada sin ver ni pluma ni pelo, días así no se mueve ni el tato y no me extraña.


Este jueves repetí paseo vespertino por las encinas de la semana pasada al terminar de trabajar, esta vez bajo una incómoda lluvia que me dejó calado hasta los huesos. Me tocó ir sólo con Lida al lesionarse Xana el día anterior; en una carrera tonta se arrancó dos uñas de una mano con una piedra y quedó fuera de combate para una semana por lo menos. Volví a ver la que quedó el jueves pasado y de nuevo nos voló dos veces sin poder tirarle un tiro. Con la defensa que tienen allí si das con una pitorra veterana no hay nada que hacer. Después volé otra que tampoco pude tirar por no andar listo, viendo el peón que daba Lida si me hubiera adelantado rápido a la salida de las encinas pudiera haber tenido alguna opción. No volveré allí, así que espero que nos veamos la temporada que viene.

Ayer la nieve me hizo cambiar los planes. Pese a ir al coto más sureño y de menor altitud a las 10 de la mañana me planto allí y me encuentro todo tapado, con dos dedos de nieve y -5º. Con pinta de tardar en limpiar a las 11 hablo con Mejido y me dice que en el coto que tenemos juntos no hay nieve, así que para allí que me voy. Y el segundo plato resultó excelente. Volamos 5 becadas y nos hicimos con 4, disfrutando además de un buen trabajo conjunto de Lida con Polo, Chiqui y Quilla. Por primera vez les vimos hacer equipo, después de 4-5 jornadas parece que se van conociendo y engranando. Muestras de todos los perros, patrones, guías, levantes para unos y otros, cobros... lo dicho una jornada excelente. Y mi primera becada cazada a muestra de bretón, ¡¡bravo por Chiqui!!


Hoy domingo la nieve no me ha permitido salir al monte, pero al menos me ha permitido la alternativa de poder dar un paseo a las becacinas, que este año las tenía un poco olvidadas por las pocas que había visto los días que fui. Hoy 14-16 vistas, 9 tiros y solo una cazada, todo un recital de fallos con el gatillo o de saber sacar ventaja al viento las agachadizas... Lástima que el terreno donde las puedo cazar sea tan pequeño (en una hora, hora y media lo tienes recorrido) porque es una caza que me tiene enganchado. Para mi no hay pieza más exigente tanto para los perros, un paso de más o una carrera alocada y adiós muy buenas a las pocas oportunidades que dan de acercarse a ellas, como para el cazador, una salida endiablada con trayectoria cambiante y a una distancia que casi no da opción a rectificar si fallas el primer tiro. En fin, que tener algún día un sitio donde poder salir regularmente a ellas sería cumplir un sueño.



viernes, 9 de enero de 2015

Primeras salidas de 2015

Las primeras salidas del año han sido un poco dispares en duración y resultado...

La Nochevieja se complicó un poco, así que el día de Año Nuevo descansamos y salimos a estrenar el año cinegético el sábado 3 de enero, organizando día de caza con Manuel y Ricardo. Jornada de casi 7 horas que estuvo entretenida, levantando dos pitorras esquivas que se las sabían todas y que se llevaron 5 tiros de Manuel y Ricardo sin tocar pluma. Entre medias 3 liebres entre los robles de las que pudo hacerse Manuel con una, un macho gordo y nutrido de 3,2 kg, sorprendente para ser una liebre ibérica.

El domingo,con una helada de no te menees, salí a media mañana y al poco tuve que dar la vuelta por culpa de la niebla, que solo me dejó caminar una hora sin ver nada de nada.

El martes de Reyes había que abrir regalos, así que salida fugaz cerca de León. Una hora y media con otra helada importante en la que no vi pluma, pero en la que hicieron acto de presencia dos conejos que, extrañamente para las fechas de la temporada en las que estamos, aguantaron la muestra entre los robles.




Ayer jueves pude disfrutar un día de vacaciones que me quedaba colgado del año pasado y aproveché para ir con Manuel y Mejido a pelearnos con las encinas. 5 horas en las que vimos 3 pitorras, haciéndonos Manuel y yo con una cada uno. La tercera muy puñetera, 3 levantes típicos de las encinas, apeonando en cuanto la detectaban las perras y saliendo por el lado opuesto bien tapada, ruidosa cuando salía pero sin dejarse ver las plumas. Complicado para los que estamos acostumbrados a tirar viendo el pájaro. A la comida campera en una caseta del monte cercana se nos unió David y dimos buena cuenta de unos garbanzos con oreja "made in David" y unas salchichas alemanas traídas directamente de Berlín por Mejido, homenaje al paladar después de tanto romper jaras y encinas, qué dura es la caza...