Por fin llegó la apertura. Primer día tras las perdices en la montaña un tanto decepcionante. Tres levantes a un mismo bando, oyéndolas levantarse solas al coronar un alto al primero, muestras de los perros y peones al segundo sin llegar a verlas, y viendo solo una al tercer levante larga y cruzando de valle en uno de esos vuelos que quitan el hipo. En cualquier caso, menos perdices que el año pasado sin duda.
La sorpresa nos la dio una pitorra poco antes del primer levante de las perdices, al borde de un bosquete de abedules. Tanta sorpresa que aunque pude mandarle dos salvas estas solo sirvieron para acelerar la caída de las hojas. Ya volveremos cuando vaya limpiando el monte, mientras seguiremos unos días tras las perdices a ver si hay más suerte.
Por la tarde paseo a coger setas con Hera y Xana para que vayan cogiendo la forma, la una tras la lesión de la pata y la otra a punto de destetar los cachorros. ¡Menos mal que los champiñones salvaron el debut de la temporada!
Por la tarde paseo a coger setas con Hera y Xana para que vayan cogiendo la forma, la una tras la lesión de la pata y la otra a punto de destetar los cachorros. ¡Menos mal que los champiñones salvaron el debut de la temporada!