Aprovechando las fiestas navideñas hemos tenido varios días de caza seguidos dedicados en exclusiva a la becada, y que se han caracterizado por no repetir cazadero, alternando zonas muy diferentes entre sí, y por las heladas que nos han acompañado por la mañana en todos ellos.
Comenzamos el sábado pasado por los llanos de la zona de Sahagún, tras una noche de niebla y una mañana con helada y escarcha que retrasó salir al monte hasta las 10 de la mañana. Una jornada larga, tranquila, en soledad, en la que, como pasa muchas veces en el fútbol, lo mejor fue el resultado: 4 muestras de las perras en 6 horas de caza, 3 de ellas a otras tanta becadas, 3 tiros, 3 cazadas, y la cuarta muestra a una cagada de la tercera del día a 50 metros donde después salió. Ni un rastro ni una cagada más en el resto del día, parecía que paseaba por un desierto. Gran mérito de las Lida y Nabia, manteniendo la concentración y ritmo de búsqueda todo el día.
El domingo el tradicional paseo matutino de Navidad en el coto cercano a León capital para bajar la cena de Nochebuena. Otra helada de órdago y con la niebla amenazando con entrar. Ni un rastro de becada, solo se dejaron ver un gazapín a muestra de Lida, señal de como está siendo el invierno para que las conejas sigan criando en diciembre, y un conejo a muestra de Nabia que se equivocó en la arrancada.
El lunes día de amigos en los encinares de la zona de La Bañeza, vuelta por la mañana de cuatro horas seguida de una buena parrillada y tertulia en torno al fuego para entrar en calor, que la helada tardó en quitarse. En el monte solo vimos una becada que mostraron 3 veces Lida y Nabia pero no tuve opción de tiro en ninguno de los tres levantes ¡qué defensa tienen en las encinas! Sorpresivamente dimos con un bando de 9 perdices, pero a estas alturas están duras y no se dejaron arrimar, poniéndose a buen recaudo en el coto vecino al segundo levante.
El martes teníamos permiso en la Reserva del Saja, en el lote de Frente y Navas. Tres leoneses y un asturiano con pocas esperanzas después de lo que nos trasladaron nuestros amigos cántabros de la escasez y sequía predominante. Al final no se dio tan mal y pudimos ver 3 sordas de las que nos hicimos con 2, más que bien visto lo visto. A destacar la cantidad de zorzales que había, yo nunca vi tantos, cientos, miles, comunes, alirrojos, algún real...increíble. Y como no, el cocido montañés de rigor, que a veces pienso si es el verdadero motivo de que vayamos hasta Saja, jajaja.
Ayer jueves otras tres horas después del trabajo por el coto de la montaña con una helada impresionante que no se quitó en todo el día al ser casi todo ladera norte. La foto que me envió mi padre por la mañana para que me fuera concienciando ya asustaba. Aún así resultó entretenido, primero con un bando de perdices que salieron largas sin opción después de un tenso peón y a última hora con una pitorra que encontró Nabia en un abedular y sirvió para recordarme que tardaré en tener una perra que cobre como lo hace Xana, 11 años pero a la hora de cobrar no se la adelanta nadie.
El domingo el tradicional paseo matutino de Navidad en el coto cercano a León capital para bajar la cena de Nochebuena. Otra helada de órdago y con la niebla amenazando con entrar. Ni un rastro de becada, solo se dejaron ver un gazapín a muestra de Lida, señal de como está siendo el invierno para que las conejas sigan criando en diciembre, y un conejo a muestra de Nabia que se equivocó en la arrancada.
El lunes día de amigos en los encinares de la zona de La Bañeza, vuelta por la mañana de cuatro horas seguida de una buena parrillada y tertulia en torno al fuego para entrar en calor, que la helada tardó en quitarse. En el monte solo vimos una becada que mostraron 3 veces Lida y Nabia pero no tuve opción de tiro en ninguno de los tres levantes ¡qué defensa tienen en las encinas! Sorpresivamente dimos con un bando de 9 perdices, pero a estas alturas están duras y no se dejaron arrimar, poniéndose a buen recaudo en el coto vecino al segundo levante.
El martes teníamos permiso en la Reserva del Saja, en el lote de Frente y Navas. Tres leoneses y un asturiano con pocas esperanzas después de lo que nos trasladaron nuestros amigos cántabros de la escasez y sequía predominante. Al final no se dio tan mal y pudimos ver 3 sordas de las que nos hicimos con 2, más que bien visto lo visto. A destacar la cantidad de zorzales que había, yo nunca vi tantos, cientos, miles, comunes, alirrojos, algún real...increíble. Y como no, el cocido montañés de rigor, que a veces pienso si es el verdadero motivo de que vayamos hasta Saja, jajaja.