
Aún así no se nos dio mal del todo. El sábado por la mañana entre mi padre y yo levantamos unas 20 codornices, solitarias en su mayoría y metidas en las regueras más espesas, lo que hizo a los perros esforzarse de lo lindo para ser el primer día. Por la tarde cambiamos a unos perdidos donde brillaron por su ausencia, levantando solo 6. El domingo volvimos a las regueras del secano y aunque vimos menos codornices que el sábado estuvimos más finos y prácticamente repetimos percha. Contentos dentro del panorama general y los resultados de otros cazadores del coto, al decirnos el guarda que de 25 cazadores vistos por él, salvo nosotros y otra pareja en cifras similares, el resto no pasaban de 2-3 codornices cobradas y unos cuantos tuvieron que volver a casa de vacío, menudo desvede.
Lo más positivo fue que Nabia tuvo la oportunidad de enfrentarse a las codornices salvajes ya en acción de caza y cobró sus primeras 8, bien puestas y trabajadas. Le quedan por delante unos cuantos días de esta fenomenal escuela que son las codornices para los perros jóvenes.
Encontramos un buen resumen del primer fin de semana de media veda en Castilla y León en el blog dedicado a la caza del diario Marca en el que además se cuela alguna foto de nuestras perras:
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