La prioridad para este año era criar con Hera. Cumplió 8 años en abril y había que asegurar un recambio. El tumor de mama que le encontramos en marzo nos hizo pensar en lo peor, pero al final quedó en un susto y la recuperación ha sido perfecta, así que estábamos esperando impacientes a que saliera en celo.
Hemos tenido muchos debates sobre con qué perro hacer el cruce, analizando las virtudes y defectos de Hera y seleccionando qué debía complementar el semental, fundamentalmente suavizar su fuerte carácter, potenciar el patrón, y mejorar el estilo y la explosividad en la búsqueda. Todo ello tratando de asegurarnos que no se perdieran cualidades cinegéticas, al fin y al cabo las que más nos importan como cazadores.
Al final nos decidimos por Mago de Sosobal, de nuestro amigo Pablo Fernández, principalmente por lo que hemos podido ver en varios de sus hijos con los que hemos coincidido cazando: mentalidad equilibrada, carácter fuerte pero no conflictivo, precocidad, marcada tendencia al patrón y búsqueda ordenada.
Desgraciadamente ninguna fórmula matemática asegura los resultados cuando la genética anda por medio, pero esperamos no habernos equivocado. De momento, la monta está hecha.