En este entretiempo de descanso canino he aprovechado para traer una cachorra de mi amigo Carlos, que apurado por el trabajo y las obligaciones familiares no había podido dedicarle tiempo a una cachorra que crió el año pasado: Chispa de la Biesca, fruto del cruce de su hembra Brizna de Castriello con Simba, un macho con buen nombre por tierras asturianas. Como esta primavera no tengo cachorro propio le propuse a Carlos campearla un poco e ir probándola con el rebusco en un coto intensivo cercano a León, que a punto de cumplir un año casi no había salido de la perrera y la media veda está a la vuelta de la esquina.
La respuesta de la perrita en el mes que la he tenido ha sido muy grata. De entrada resultó ser una perra equilibrada e inteligente, rápido se hizo a mi, sin darme problemas en la perrera ni de ladridos, peleas, con la comida, desobediencia, etc. Unos cuantos días paseándola para que fuera cogiendo forma y acostumbrándose al campo y algunas salidas más viendo codornices (media docena sembrándoselas y el resto las que fue encontrando en los rebuscos) y la tenemos cazando. Le quedan cosas que perfeccionar como el patrón y centrarse un poco más cuando va con otros perros, pero creo que Carlos podrá terminar de hacerla en la media veda a pocas codornices que tenga en su coto.
Viendo los problemas de algunos de los perros que le llegan a adiestrar a David, sobre todo "cabezas huecas" o "cabezas duras", que tienen que ver caza y más caza hasta que empiezan a enterarse de qué va la historia (los que llegan a enterarse) da gusto topar con perros fáciles que con unos pocos días de monte y cuatro pájaros se ponen a cazar.
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