Las lluvias y la luna de llena de esta semana hacían presagiar movimiento de codornices y parece que fue para mal, nos alejamos de las cifras de las dos últimas semanas pero aún así seguimos entretenidos, llegar a este último día y levantar 20 codornices y coger 12 entre mi padre y yo lo firmaba para todos los días de la temporada. Me siguió llamando la atención la elevada proporción de machos y la baja cantidad de codornices con grasa en comparación con lo que viene siendo normal otras temporadas para estas fechas. Además, en los cotos de montaña han seguido viéndose este fin de semana pese al cambio de tiempo. Me da que se barruntan un septiembre y octubre cálidos y no tienen prisa por regresar a sus cuarteles de invierno, manteniéndose las hembras todavía sin moverse y los machos viajando poco a poco hacia el sur. Elucubraciones de uno...
Aparte de las salidas a mi coto del llano, el sábado acompañé a mi amigo Tino a su coto en la montaña leonesa. Una bonita jornada como no podía ser menos, el paisaje, la compañía, y el trabajo de los perros jóvenes a los que tocó batirse el cobre, que aquí no importa el número si no enfrentarlos a experiencias que les hagan aprender, limar errores y madurar. Gracias a estas salidas con amigos como él y Manuel he sobrellevado no tener coto propio en la montaña para las codornices este año, esperemos que la burocracia administrativa acelere y al menos lo tengamos para la general, si no se me seca una pata, jajaja.