martes, 6 de septiembre de 2016

Tercera semana de media veda

Llegamos a la mitad de la media veda y ya definitivamente tenemos que calificarla como buena. Hemos pillado movimiento en esta última semana y nos lo hemos pasado en grande todos los días. Pese a que no ha refrescado y seguimos bajo el influjo de la ola de calor, parece que algunas tienen prisa por volver a Africa y las hemos visto en grupitos y ya gordas, muchas de ellas con grasa. Son las codornices que se lo ponen difícil de verdad a los perros, con largos peones y reacias a volar, dándoles vueltas a los perros hasta despistarles, volviéndoseles para atrás y liando los rastros hasta perderse. Cuando digo que es la caza más difícil para los perros alguno se ríe, pero no me bajan del carro: cazar a más de 25 grados, en un suelo de rastrojo, perdidos o hierbazales en la montaña, sin casi humedad, obligando a llevar la nariz bien abajo desenmarañando el peón de un rival de 100 gramos que corre como un demonio y algunas veces decide no levantar y aplastarse hasta que lo pisas... Mejor escuela para los perros no existe.



Este fin de semana he podido ver además un macho de pointer con el que queremos hacer camada en la primavera que viene, Fun, de mi amigo Daniel Arbacette. Un pointer precioso de buena talla y unos orígenes que me ilusionan por los perros que he visto de esas líneas, por parte paterna hijo de Boga du Moulin d'Onix (con el que cruzamos el año pasado a Zambra, con la mala fortuna que tuvimos en el parto), hermano del famoso Boss ganador 3 veces de la Clochette d'Or en Francia sobre becada, y por parte materna de una hembra Landa Gori, otra gran becadera en Francia. El sábado fuimos a la montaña acompañando a Manuel, dueño de Yara, con la que queremos hacer la camada, para ver a los dos futuros amantes en acción. Con muy poca experiencia cazando codornices y ninguna en la caza en montaña, nos encantó lo rápido que se adaptó Fun al terreno y como después de los 3-4 primeros lances en los que solo participó patroneando, se acabó enterando de lo que estábamos buscando. El domingo me lo llevé al coto del llano para seguir viéndolo y disfruté de una guía típica de pointer sobre el peón de una codorniz por un rastrojo con el que se me caía la baba, además de algún que otro lance de mérito para un perro con tan poca experiencia con las codornices. Así que a ver si todo sale según lo previsto y en febrero-marzo tenemos cruce.


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