El pasado domingo vimos en un pueblo de nuestra querida Omaña un pointer negro que parecía la viva estampa a uno de los ancestros de nuestra línea, Zar, propiedad de un compañero de caza de la época y que fue padre de nuestra Lay, también de color negro, y con la que Jose se inició en la caza. De aquella los pointer negros eran codiciados porque tenían fama de salir buenos cazadores y la verdad es que la Lay cumplió las expectativas. Bonitos recuerdos...
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