Estaban tardando pero al final llegaron las heladas. Ha tocado pelar frío los dos días de caza que hemos salido.
El jueves repetimos salida con Manuel y Yara y tuvimos una mañana entretenida, dos becadas que dieron juego. La primera cayó al segundo levante y la segunda se fue de rositas después de 5 levantes que hicieron aflorar lo más selecto de nuestro vocabulario. Lo mejor lo bien que se entienden Lida y Yara en el monte, un equipo con el que disfrutamos de lo lindo.
El sábado más frío y recorrido de cuatro horas por un par de arroyos sin tener ni rastro de pájaros. Como anécdota pasé por el sitio donde cacé mi primera becada, haciendo una breve parada para recordar aquella muestra de Diana, el patrón de Luna, los tres tiros que me costó abatirla y el grito de alegría que di cuando la cobraron, nunca lo olvidaré...
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