miércoles, 19 de diciembre de 2012

Sordas cántabras y becadas catalanas

Tres días de excursión cinegética en compañía de David y Carlos, con Ricardo y su Olna Agueda como acompañantes.
El jueves tuvimos día de caza en la Reserva del Saja, David en un lote y yo junto con Carlos en otro. Bonitos montes pero día horrible. Viento huracanado y lluvia, con lo que apenas te enterabas de nada, el aire te tiraba al suelo en cuanto salías de las matas (literalmente, menuda caída pegué...). Sólo pudimos volar una sorda dos veces sin opción a tirarle la cual, si no frenó, a estas horas habrá llegado tranquilamente a Sudáfrica. Día para olvidar, en esas condiciones ni disfrutas del perro ni del cazadero. Todo lo contrario que la posterior comida en los Tánagos con Felipe, Dani, Juanjo y Jose, que casi mereció el viaje por sí sola.

Y desde allí viaje a Gerona a cazar el fin de semana en los dominios de nuestro amigo Palomo. Tuvimos suerte con el tiempo y aunque el sábado amaneció nublado, a media mañana se despejó y disfrutamos de sol y hasta calor el resto del fin de semana. Cazadero precioso: pinares continuos con bosquetes de boj en medio, algunos robles y avellanos y el suelo como una alfombra de musgo. Eso sí, muy seco para lo que suele ser normal, curioso para ser prepirineo, el tiempo está loco. Aunque las expectativas no eran buenas a tenor de lo que venían viendo en el coto y la propia sequía, tanto el sábado como el domingo estuvimos entretenidos viendo una docena de becadas entre los dos días, puñeteras, eso sí, metidas en los bosquetes de boj, apeonadoras y ligeras como suele ser costumbre por allí dado lo limpio que está el suelo y lo pindias las laderas; corren pico arriba bastante más rápido que nosotros y en cuanto salen de los bojales, ¡adiós muy buenas! El trabajo de los perros nos permitió colgar 5 con lances para todas las escopetas que cazamos, Palomo, Carlos, David y yo. Nos gustó cómo los perros se adaptaron a un terreno que les era totalmente desconocido, y en los numerosos levantes que hubo tanto los que ya saben cómo se las gastan las pitorras, Xana, Sasi, Zambra, Lida o Albo, como los más inexpertos, Olna Agueda, Olna Porma y Amón, tuvieron sus oportunidades y nos dejaron momentos para el recuerdo. Lástima la distancia que nos separa porque el cazadero me encanta, pero más la compañía de Palomo y Toñi, ¡¡¡unos días inolvidables!!!

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