Penúltima semana de caza en Castilla y León y la climatología sigue siendo adversa, pero no lo suficiente como para que no salgamos al monte los ratos que se puede. El jueves al llano empujados por la nieve en medio de un vendaval importante. Acompañado por mi padre y Manuel vimos un par de pitorras. La primera en primer levante la echó Sharon, con pena de que no le aguantó la muestra, y en el que aunque algo larga pudieron tirarle tanto mi padre como Manuel. En segundo levante Lida y Xana la bloquearon bien y pude hacerme con ella. Casi oscureciendo otra becada que puso Lida y salió bien a mi padre, que falló el primer tiro y cuando todos la veíamos caer al segundo al volar por lo limpio, la escopeta no le recuperó el cartucho y se quedó con la miel en los labios.
El sábado con todo organizado para ir con David al coto de la montaña, otra vez la nieve nos obligó a cambiar de planes. Cada uno a su coto del llano. Nuevamente me llevé a mi padre con el equipo de perras al completo y pasamos una mañana muy divertida, levantando hasta 6 conejos de los que pudimos tirar a 4 entre los robles, sin resultado más que para ir vaciando la canana, se nota que estamos poco acostumbrados a tirar al suelo... A media mañana lo mejor del día, un muestra firme de Hera, tumbada, tensa, Sharon que no patronea y entra por delante, muestra un segundo y se levanta una pitorra del otro lado de la mata. Le tiro sin mucha fe y pensando que había fallado pero al dar la vuelta a la mata veo caer del cielo unas plumas. Vamos en su dirección y a unos 200 metros muestra de las cuatro perras, entra Sharon y la cobra. Mucha alegría porque Hera este año ha tenido pocas oportunidades, a sus 12 años y con el problema del dedo amputado, la he estado dosificando, saliendo poco a becadas y más a perdices con mi padre tutorizando a Sharon. Pero la casta es la casta y la que tuvo retuvo, está para el descuento pero algún golito siempre cae.
Y el domingo más nieve, amanece con prácticamente toda la provincia tapada de nieve. Esperando en casa hasta que el sol hizo su labor y salida a media mañana otra vez al llano, en el último día que se podía cazar allí, puesto que todos los años adelantan el cierre de temporada respecto al marcado por la Orden de Vedas. Después de una hora sin ver nada Xana y Lida ponen una pitorra que me apeona y sale larga, le puedo soltar un tiro pero nada. En la rebusca empiezan las perras a dar rastro y la veo volando por encima de los robles bastante por delante. Sigo en su dirección pero no volvemos a dar con ella. Y ya volviendo al coche una curiosidad, dos becadas que me pasan volando por encima a cierta altura, sin que las perras hubieran dado nada, media vuelta y tras ellas. Pues como si se las hubiera tragado la tierra, ni rastro. ¿De dónde vendrían, a dónde irían? A ver si el año que viene las veo y me lo explican...
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