Toda la ilusión, preparación, cuidado y cariño que pusimos en la camada de Zambra se difuminó de la manera más cruel. Hace ya una semana que sucedió, pero hasta ahora no hemos tenido fuerzas para hablar de ello. El martes pasado Zambra se puso de parto por la tarde. A media noche parecía que todo iba normal, así que David la dejó tranquila en la paridera. Cuando fue a verla a las 8 de la mañana no solo no había cachorros, sino que Zambra casi no se movía. Yo de vacaciones así que a carreras a la clínica veterinaria de un amigo y apenas acababa de entrar por la puerta Zambra convulsiona y muere al instante. Un cachorro atravesado en el canal del parto, hemorragia interna, todos los cachorros muertos.
Un auténtico mazazo del que ha costado recuperarse, y eso que según algunos "amigos de los animales" los cazadores despreciamos la vida de nuestros perros. Ojalá nunca pasen por lo mismo, no se lo deseo y al peor de mis enemigos.