El domingo se cerró la mediocre Media Veda 2015, una de las más pobres que recuerdo. En agosto fuimos divirtiéndonos con las codornices que habían criado por la zona, pero se fueron terminando y no llegaron refuerzos, con lo que septiembre falló totalmente y tuvimos que conformarnos con volar 3-4 cada día.
Aún así, resultó más que satisfactoria desde el punto de vista de los perros. El principal objetivo era enfrentar a Nabia, con su año cumplido el 1 de agosto, con la caza salvaje y que tuviera sus primeras experiencias con pájaros que se las hicieran pasar canutas, peones, los calores del verano y la sed, el polvo del suelo, las espigas, las espesas regueras, etc, etc. Superó la prueba con nota, está preparada para afrontar las jornadas de la general tras perdices y pitorras; a ver cómo responde en unos cazaderos y con unos bichos totalmente diferentes.
Entre medias hemos aprovechado los sábados, días que tenemos cerrada la caza en el coto codornicero, para volar perdices en la montaña y de paso ver cómo han criado. Solo poder campear por allí es una gozada, pero si encima ves que la cría de la perdiz apunta buenas maneras, la alegría es doble.
Ahora toca un par de semanas de merecido descanso y en octubre vuelta a la acción para coger forma de cara a la general.
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