El jueves por la tarde, aprovechando la visita a un intensivo de León de nuestros amigos asturianos Juan, Raúl y Carlos para testar algunos cachorros, dimos inicio a la pretemporada de cara a la media veda, que está a la vuelta de la esquina y hay que ir poniéndose en forma.
Vimos que la Chispa de Carlos no olvidó nada de lo aprendido hace un mes y en la media veda seguro que acabará de ponerse a punto con la caza silvestre.
Aprovechamos para poner un par de codornices a las viejas Hera y Xana. Los años no perdonan físicamente, pero la pasión y la veteranía son un grado y todavía cumplen sobradamente, aunque esta media veda solo saldrán algún rato corto, que el calor de estas fechas es muy duro y no queremos forzarlas.
Finalmente sacamos a Lida, Nabia y la Paris de Carlos al rebusco de lo que pudiera haber de días anteriores y volamos tres codornices. Aún siendo granjunas, da gusto ver cómo espabilan en unos días las pocas codornices supervivientes de los intensivos, nada que ver con las que se sueltan el mismo día.
A partir de ahora una semana de carreras por la orilla del río y los prados segados para endurecer almohadillas y muscular un poco, y a primeros de agosto censos de polladas de perdiz para acabar de ponernos a punto y llegar al 15 de agosto en las mejores condiciones.