Después de la aventura manchega volvemos a nuestros dominios leoneses, combinando perdices en la montaña con las primeras jornadas tras las becadas. El jueves pasado una vuelta por la tarde a las perdices con buen sabor de boca, dos bandos vistos y una perdiz cazada que sabe a gloria. Con tanto calor están esquivas, a ver si cambia el tiempo y llega el frío para que asienten en sus querencias.
El sábado primera jornada completa en exclusiva a las becadas en compañía de Mejido y primera que me cuelgo. Una becada que nos tuvo un rato entretenidos en una zona con varias muestras y cagadas hasta que finalmente Lida la bloqueó en un urzal espeso. Yo no pude acercarme más que a unos 20 metros de la perra, pero la pitorra eligió mal la huida y me dio la opción de hacerme con ella. Una joven delgada, seguramente recién llegada. Luego tuvimos rastros en otras dos zonas, con cagadas frescas en una de ellas, pero no llegamos a ver nada. A ver si con este cambio de tiempo se ponen en marcha y dejan sus cuarteles europeos.
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