Ya estamos otra vez en puertas de una nueva media veda, con ganas de volver a ver a los perros en acción, sobre todo a los jóvenes, puesto que seguimos pensando que no hay escuela mejor para ellos que las escurridizas codornices.
Aunque las previsiones generales no son muy halagüeñas para las zonas más tradicionales de codorniz, como hemos podido corroborar en los censos en que hemos participado por el sur de León, también nos hemos encontrado la grata sorpresa de que en los pastizales de montaña podemos tener un buen año, como hace varios no teníamos. Ojalá se confirme, porque media docena de codornices allí nos hacen disfrutar más que dos docenas en las rastrojeras.
De todas formas, las caprichosas codornices decidirán. ¡Suerte a los que salgáis tras ellas!
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