Una semana queda para el final de la temporada de caza y seguimos al mismo ritmo. Con las perdices descansando gracias a la nieve que cubre prácticamente todo el coto de montaña, las becadas del llano siguen cumpliendo en su justa medida. No hay abundancia ni notamos movimiento, así que las que hay, entre que ya hemos tenido algún encuentro previo y el tiempo loco, en el que pasamos de estar un día con niebla a 4-5 grados a tener al siguiente un sol radiante y 18 grados, están bastante inquietas y cuesta varios levantes hacerse con ellas. También eso es bueno, 7-8 levantes con 2-3 pitorras en una mañana no dejan lugar al aburrimiento y permiten disfrutar del trabajo de los perros, ver como los veteranos sacan a relucir sus conocimientos y como los jóvenes se olvidan de los pájaros fáciles y empiezan a mostrar su picardía. Estas que se sufren a veces desesperan, pero qué buen sabor de boca dejan cuando te haces con una después varios enfrentamientos perras-pitorra...
martes, 26 de enero de 2016
martes, 19 de enero de 2016
Grano a grano se llena el granero
Seguimos constantes, detrás de viejas conocidas a las que visitamos de cuando en cuando y nos permiten mantener jornadas entretenidas. Los últimos días han dado parecidos resultados, dos-tres pitorras vistas cada día y una cobrada por jornada, lo que nos deja 6-7 levantes al día y oportunidades para todos los perros que son bien aprovechadas y nos dejan lances para el recuerdo, como la becada puesta el domingo a última hora por Lida, que salió larga sin posibilidad de tiro llevándose a Lida y Nabia detrás a la carrera y poniéndola de nuevo Nabia a los 3-4 minutos a 250 metros, cumpliendo en esa ocasión con el premio diario, merecida recompensa a las perras en una jornada muy breve pero intensa en la que también participó Xana, que puso una pitorra inesperada el arroyo en el que debutó hace ya 9 años. O la primera del sábado en las encinas, que tardamos casi 10 minutos en cobrar en un jaral después de haberla visto caer como un trapo y que al final apareció colgada de una rama a metro y medio del suelo, como para encontrarla los perros. O la del jueves que nos dio 3 vuelos rasantes encontrando las tres veces el pasillo de huída idóneo y dejando mudas las escopetas. O la de... recuerdos que vamos acumulando para cuando termine la temporada.
En el llano volví a compartir jornadas con Mejido y sus bretones, con el joven Cias que a sus 8 meses está a punto de romper definitivamente, solo le falta poner una becada porque ya está metido en todos los lances, patroneando e incluso cobrando cuando los otros se despistan. El jueves se nos unieron a la fiesta dos liebres que metidas en el monte aguantaron la muestra de los perros, sobre todo la primera, puesta por Lida y a la que fueron llegando al patrón progresivamente Nabia, Chiki, Killa y Cias, dando un concierto de beepers durante casi 5 minutos, viéndola en la cama, haciendo fotos y vídeos hasta que se cansó de tanto espectador y salió tan rodeada de perros que no pudimos tirarle más que un tiro a la remanguillé alejado por el miedo a tocar algún perro. Ni falta que hizo cazarla, nos había hecho pasar un buen rato viéndola diseñar su escapada entre tanto can. No corrió la misma suerte la segunda que se nos cruzó en la rebusca de una becada puñetera de las que no dejan acercarse y que puesta por Nabia arrancó cuando pensábamos que sería la becada y no nos pudimos resistir a verla en la cazuela haciendo unas buenas alubias.
Y con la Gopro estropeada, quizá por la humedad de este año, quizá por la caña que le he dado en estos cuatro años, me estoy quedando con las ganas de grabar vídeos, hay que buscar solución rápida para el año que viene.
domingo, 10 de enero de 2016
Lluvia sin tregua
Menudo 2016 pasado por agua llevamos. Ni un día sin lluvia, y muchos de ellos sin dejar de llover en todo el día. Se cansa uno de acabar mojado al rato de pisar el monte y tener luego que montar un tenderete en casa con toda la ropa de caza, pero la afición tira mucho y es difícil quedarse en casa. Estos días hemos tenido que conformarnos con jornadas cortas en los cotos del llano. En el de montaña la lluvia se transformó en nieve y aunque le cuesta cuajar no está para andar empapándose entre las urces, me da que casi podemos dar por cerrada la temporada allí.
Las becadas están escasas, pero al menos todos los días se deja ver alguna y seguimos sumando poco a poco, con actuaciones de las perras más que notables en las condiciones en las que nos estamos desenvolviendo, sobre todo al resolver peones, que cuando sería de suponer que menos apeonarían para no mojarse, resulta que es al revés, encontrándonos con pitorras de lo más andarinas; por algo todas sus primas de Orden taxonómico son acuáticas. Algunas muestran heridas de guerra ya curadas, ¿un perdigón, un arañazo con alguna rama? Y cuando, como hoy, las condiciones ya son casi diluvianas, nos quedan las becacinas para dar un paseo y quitar el mono de muestras, patrones y lances.
En fin, que si no fuera mucho pedir nos gustaría cerrar la temporada cazando al menos un día con sol...
lunes, 4 de enero de 2016
Fin de año soñado y agua sin cesar
El martes tocó la tradicional suelta de faisanes de cara a proveernos de un buen guiso para la cena de Reyes y este año me acompañó mi padre. Con Hera y Xana prácticamente retiradas de las jornadas cinegéticas, reservadas solo para ratos tranquilos en el pueblo, quise darles cumplido homenaje y que fueran ellas las protagonistas. Y, como no podía ser de otra forma, cumplieron con creces, dando buena cuenta de los dos faisanes de que dispusieron cada una de ellas y de alguna perdiz que nos encontramos de sueltas pasadas. Una jornada tranquila, de fotos, videos y risas con mi padre. Caza tranquila y cazuela preparada.
El día de Nochevieja, después de un buen tute de trabajo toda la mañana, salí el rato de tarde de los jueves con la esperanza de despedir bien el 2015 en una zona que tenía sin tocar, y salió a pedir de boca. Dos horas en el monte, tres pitorras vistas, tres levantes, tres tiros y tres cazadas. Y lo mejor fue que las tres las puso Nabia, que con un año y 4 meses hizo el primer cupo de su vida, confirmando todo lo que venía demostrando en meses anteriores. No salía de mi asombro, actuación memorable. Rabia de no haber llevado la cámara, con la lluvia la dejo en casa porque no merece la pena.
El día de Año Nuevo otra vez la niebla y la lluvia hicieron acto de presencia, así que con el recuerdo de los lances del día anterior todavía dando vueltas en la cabeza, una becada puesta dos veces que solo nos dejó ver sus cagadas y la primera mojadura a cuestas, solo aguantamos hora y media en el monte.
El sábado el tiempo nos dio un receso y pude salir con Manuel al coto del llano. Mañana entretenida volando dos pitorras varias veces y echando una liebre a perro puesto entre los robles que se libró porque no me picó el cartucho, tuvo buen inicio de año la rabona y mosqueo que me dejó porque ya van varias veces que no me pica en las últimas semanas, habrá que pasar por el armero a revisión.
El domingo llegó el diluvio, sin parar de llover en todo el día optamos por descansar esperando días mejores. De momento no para de llover y dan que sigue así toda la semana, a ver si podemos salir al monte a recoger los Reyes Pitorreros...
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