martes, 19 de enero de 2016

Grano a grano se llena el granero

Seguimos constantes, detrás de viejas conocidas a las que visitamos de cuando en cuando y nos permiten mantener jornadas entretenidas. Los últimos días han dado parecidos resultados, dos-tres pitorras vistas cada día y una cobrada por jornada, lo que nos deja 6-7 levantes al día y oportunidades para todos los perros que son bien aprovechadas y nos dejan lances para el recuerdo, como la becada puesta el domingo a última hora por Lida, que salió larga sin posibilidad de tiro llevándose a Lida y Nabia detrás a la carrera y poniéndola de nuevo Nabia a los 3-4 minutos a 250 metros, cumpliendo en esa ocasión con el premio diario, merecida recompensa a las perras en una jornada muy breve pero intensa en la que también participó Xana, que puso una pitorra inesperada el arroyo en el que debutó hace ya 9 años. O la primera del sábado en las encinas, que tardamos casi 10 minutos en cobrar en un jaral después de haberla visto caer como un trapo y que al final apareció colgada de una rama a metro y medio del suelo, como para encontrarla los perros. O la del jueves que nos dio 3 vuelos rasantes encontrando las tres veces el pasillo de huída idóneo y dejando mudas las escopetas. O la de... recuerdos que vamos acumulando para cuando termine la temporada.

 

En el llano volví a compartir jornadas con Mejido y sus bretones, con el joven Cias que a sus 8 meses está a punto de romper definitivamente, solo le falta poner una becada porque ya está metido en todos los lances, patroneando e incluso cobrando cuando los otros se despistan. El jueves se nos unieron a la fiesta dos liebres que metidas en el monte aguantaron la muestra de los perros, sobre todo la primera, puesta por Lida y a la que fueron llegando al patrón progresivamente Nabia, Chiki, Killa y Cias, dando un concierto de beepers durante casi 5 minutos, viéndola en la cama, haciendo fotos y vídeos hasta que se cansó de tanto espectador y salió tan rodeada de perros que no pudimos tirarle más que un tiro a la remanguillé alejado por el miedo a tocar algún perro. Ni falta que hizo cazarla, nos había hecho pasar un buen rato viéndola diseñar su escapada entre tanto can. No corrió la misma suerte la segunda que se nos cruzó en la rebusca de una becada puñetera de las que no dejan acercarse y que puesta por Nabia arrancó cuando pensábamos que sería la becada y no nos pudimos resistir a verla en la cazuela haciendo unas buenas alubias.


Y con la Gopro estropeada, quizá por la humedad de este año, quizá por la caña que le he dado en estos cuatro años, me estoy quedando con las ganas de grabar vídeos, hay que buscar solución rápida para el año que viene.

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