El sábado dedicado en exclusiva a la becada. Varios contactos con al menos 4 becadas sin poder tirar un tiro. Todas muy esquivas, probablemente recién llegadas y bien refugiadas con la hoja del roble. A ver si estos días que anuncian de viento, agua y nieve limpian de hoja el roble y tranquilizan a las recién llegadas.
El domingo vuelta a las perdices en la montaña con sorpresa incluida en forma de pitorra que se nos levantó en una mata de abedules de un desbroce cuando más calientes estábamos con las perdices.
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