Abrimos enero con cuatro días seguidos de caza, aunque no completos, solo a ratos entre trabajo, comidas y recoger los Reyes y dedicados en exclusiva a la cachorra para que vaya acumulando experiencia sin la sombra de las veteranas.
El jueves apenas dos horas al coto que tengo al lado de León, levantando dos becadas tras sendas guías pero que no dieron tiempo ni a encarar la escopeta. Aunque este coto no falla no acabo de cogerle el gusto, es infernal andar continuamente rompiendo urces y sin pisar casi el suelo.
El viernes una hora a las becacinas, cobrando una y pudiendo grabar el lance en video (http://www.youtube.com/watch?v=QdMt2l43ugg&feature=youtu.be), y fallando estrepitosamente otra bien puesta por Lida en una junquera.
El sábado 4 horas muy animadas entre los robles, moviendo tres becadas muy apeonadoras que nos lo pusieron verdaderamente difícil, hasta el punto que solo pude tirar a una, con la satisfacción de grabar toda la jugada en video (http://www.youtube.com/watch?v=aNGGvPK814c&feature=youtu.be). Aunque sean complicadas de cazar pienso que estas becadas de enero son perfectas para que los perros jóvenes maduren y cojan experiencia y técnica, que no se acostumbren a que solo sea mostrarlas y que salgan como pavas.
Y el domingo 3 horas en el pueblo, con una helada de no te menees, volando una pitorra que no aguantó la muestra en su primer levante y que no conseguimos volver a echar en la rebusca.
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