El jueves pasado ante las previsiones de nieve para el fin de semana volví tras las pitorras montañesas. Jornada pasada por agua entre la lluvia y la niebla meona de los días anteriores pero entretenida, con tres becadas vistas y un poco de todo, una primera fallada al primer levante sin volver a verla después, una segunda con dos levantes sin poder tirar y una tercera cazada al segundo levante.
El domingo, con el temporal atizando fuerte en casi toda la provincia, me fui al coto de las codornices a ver si esta vez había suerte con las becacinas, después de que a mediados de noviembre no hubiera visto ni rastro. Pocas había, pero las justas para tener alguna oportunidad y pasar entretenido la mañana. Pude tirar a 4 y hacerme con 3, dos comunes y una chica, en un mismo lance, un triplete que ni me había imaginado poder llegar a hacer. Lástima que no haya más sitios donde poder ir a las agachadizas porque me parecen una prueba de fuego para los perros, al menos aquí con pastizales de hierba tan baja.
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