martes, 24 de diciembre de 2013

Pitorras en montaña, llano y Pirineos

Pufff, menudo fin de año, trabajo acumulado, chollos de última hora, compromisos sociales prenavideños... todo ha hecho que no haya tenido tiempo ni de escribir en el blog y casi ni de ir de caza, pero los ratos que he podido salir han sido muy satisfactorios. 
El jueves 12 jornada de 4 horas en la montaña, juntando por vez primera a Xana con dos hijas suyas de las dos camadas que ha tenido, la Yara de Manuel y la Sharon de mi padre. Un día de lo más entretenido en el que todos los perros tuvieron oportunidades. Empezamos cazando juntos, pero acabamos cada uno por nuestro lado a medida que fuimos viendo caza. Yo por mi parte pude levantar dos becadas, haciéndome con las dos, la primera sorprendiéndome al mostrarla Lida en medio de un escobal como si de una perdiz se tratara y la segunda tras un peón bien trabajado por Xana entre los robles después de un par de levantes en los que no me había dado opción. Yara, por su parte, le levantó la misma a Manuel 4 veces dándole finalmente esquinazo. Y por último, la joven Sharon va confirmándose y le mostró por dos veces una a mi padre, pero estaba en modo perdonavidas y no pudo dar merecido premio a la cachorra.
El sábado 14 nuevamente a la montaña en un rato antes de comer que me llevó a un ricón del coto que tenía sin tocar y siempre da alguna. Me llevé a Hera, que a sus 11 años y medio todavía da guerra en estas minijornadas. Quizá la helada más fuerte del año, -4º cuando llegué al monte a las 11,30 de la mañana. Una hora por las zonas solanas sin rastro y en media hora dos vistas, ambas en la umbría más fría de la ladera. La primera me salió a muestra de Lida muy rasa y no pude tirarle, sin poder ir tras ella al tener que marcharme. La segunda ya de vuelta cuando casi abandonaba el monte, mostrada por las tres perras entre unos salgueros en lo más helado de la ladera que pisé, rodeada y sin escapatoria me libró del primer cero de la temporada. Ver y aprender con las pitorras, tenía 4 cagadas por la zona, ¿qué narices hacía en un suelo totalmente helado teniendo a menos de 100 metros una solana de lo más agradable?
El domingo 15 cambio de tercio, al llano de camino a un par de cacerías de jabalí en las que tenía que coger muestras. Tres horas de caza y tres pitorras vistas, haciéndome con las dos primeras, ambas jóvenes y delgadas, seguramente de entrada. La tercera anduvo lista y me dribló justo en el momento del disparo, sin volver a verla después.
Jueves 19 sin poder salir de caza, sacando trabajo urgente de última hora, pero con la mente puesta en el fin de semana, con viaje programado a Gerona a casa de nuestro amigo Palomo por tercer año consecutivo. Otra grandeza de la caza, la buena gente que se conoce y las amistades que se crean, con las que no pueden las distancias. Ibamos a ir David, Manuel y yo, pero a última hora David se cayó de la convocatoria, una pena.
El sábado 20 la hospitalidad de Palomo y su compañero de caza Santi hizo que nos juntáramos cazando en el monte con otros dos amigos y socios del CCB, Ibon Telletxea y Rubén Ibáñez, que impartían un curso de anillamiento de becadas en Vic, a quienes acompañaron cámara en ristre Santi Llorá, delegado del CCB en Cataluña y al que pudimos conocer en persona, y Alesandro Tedeschi, presidente de Amici di Scolopax, que asistía igualmente al curso de anillamiento. No había previsión de densidad de becadas y encontramos el monte muy seco y pobre en comparación con años anteriores, pero el paisaje y la compañía aseguraban un buen día de caza. Al final también acompañaron las becadas y pudimos ver 6 entre todos, bastante ariscas y ligeras. Nos hicieron sudar y dar a los perros lo mejor de sí, pero finalmente pudimos tocar pluma de tres, todas ellas adultas, una abatida por Rubén bien bloqueada por su perra en un zarzal tras dos levantes en los que casi no se había dejado ver y dos que me regalaron Lida y Xana entre los bosquetes de boj.
Y por la noche una cena de lo más agradable en compañía de más amigos cazadores, Jaime Daniel, que se acercó desde Barcelona y nos alegró con su buen carácter y sonrisa eterna pese a los malos momentos que está pasando y Xavier, gerundense al que pudimos conocer en persona después de que esta primavera se llevara un perro de la última camada de David (Neska X Mago). Ahí sí que volaron becadas y se vieron muestras de los perros, jejeje.


Y el domingo 21 partida de caza reducida a Palomo, Manuel y yo. Un día raro, 6 horas de caza en las que echamos 4 becadas relativamente cerca unas de otras y que nos tuvieron entretenidos un par de horas, sin ver rastro en el resto de la jornada. Salvo una que pude abatir a muestra de Xana, las otras tres muy ariscas, metidas en una zona con fuerte pendiente y bojos espesos, levantándose fuera de tiro tras largos peones sin darnos opción y tras un par de levantes descolgándose ladera abajo a toda velocidad sin volver a ver rastro de ellas. Ahí le quedaron a Palomo para que se sufra con ellas lo que queda de campaña. Por nuestra parte lo pasamos genial, ¡¡¡no se libran de nosotros en Campdevànol el año que viene!!!

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