Las primeras salidas del año han sido un poco dispares en duración y resultado...
La Nochevieja se complicó un poco, así que el día de Año Nuevo descansamos y salimos a estrenar el año cinegético el sábado 3 de enero, organizando día de caza con Manuel y Ricardo. Jornada de casi 7 horas que estuvo entretenida, levantando dos pitorras esquivas que se las sabían todas y que se llevaron 5 tiros de Manuel y Ricardo sin tocar pluma. Entre medias 3 liebres entre los robles de las que pudo hacerse Manuel con una, un macho gordo y nutrido de 3,2 kg, sorprendente para ser una liebre ibérica.
El domingo,con una helada de no te menees, salí a media mañana y al poco tuve que dar la vuelta por culpa de la niebla, que solo me dejó caminar una hora sin ver nada de nada.
El martes de Reyes había que abrir regalos, así que salida fugaz cerca de León. Una hora y media con otra helada importante en la que no vi pluma, pero en la que hicieron acto de presencia dos conejos que, extrañamente para las fechas de la temporada en las que estamos, aguantaron la muestra entre los robles.
Ayer jueves pude disfrutar un día de vacaciones que me quedaba colgado del año pasado y aproveché para ir con Manuel y Mejido a pelearnos con las encinas. 5 horas en las que vimos 3 pitorras, haciéndonos Manuel y yo con una cada uno. La tercera muy puñetera, 3 levantes típicos de las encinas, apeonando en cuanto la detectaban las perras y saliendo por el lado opuesto bien tapada, ruidosa cuando salía pero sin dejarse ver las plumas. Complicado para los que estamos acostumbrados a tirar viendo el pájaro. A la comida campera en una caseta del monte cercana se nos unió David y dimos buena cuenta de unos garbanzos con oreja "made in David" y unas salchichas alemanas traídas directamente de Berlín por Mejido, homenaje al paladar después de tanto romper jaras y encinas, qué dura es la caza...
Ayer jueves pude disfrutar un día de vacaciones que me quedaba colgado del año pasado y aproveché para ir con Manuel y Mejido a pelearnos con las encinas. 5 horas en las que vimos 3 pitorras, haciéndonos Manuel y yo con una cada uno. La tercera muy puñetera, 3 levantes típicos de las encinas, apeonando en cuanto la detectaban las perras y saliendo por el lado opuesto bien tapada, ruidosa cuando salía pero sin dejarse ver las plumas. Complicado para los que estamos acostumbrados a tirar viendo el pájaro. A la comida campera en una caseta del monte cercana se nos unió David y dimos buena cuenta de unos garbanzos con oreja "made in David" y unas salchichas alemanas traídas directamente de Berlín por Mejido, homenaje al paladar después de tanto romper jaras y encinas, qué dura es la caza...
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