lunes, 30 de noviembre de 2015

Jornadas de caza a lo Simeone: puntuando por la mínima

4 jornadas seguidas de caza de duración muy diferente, en sitios muy diferentes, con climatología muy diferente, pero similar resultado, predominando el 1-0.

El jueves la jornada reducida de tarde en compañía de Manuel y Mejido dio sus frutos en el llano, dos vistas y las dos cazadas en sendos lances resueltos por Mejido, la primera tras un buen peón llevado por Lida y la segunda fenomenalmente resuelta por Killa y Polo, bretones insaciables. La anécdota del día el choque de trenes entre una corza y Lida, la una saliendo de una mata y la otra viniendo por el borde de la misma, las dos al suelo y con cara de "¿qué leches ha pasado?".

El viernes teníamos David y yo permiso en una Zona de Caza Controlada de Burgos. Mal día, lluvia y niebla que no nos dejó salir hasta las 12 y a punto estuvo de hacernos suspenderla después de las 3 horas de viaje que nos llevó. Un terreno muy abrupto, lleno de piedras, todo el rato saltando, con el peligro de meter el pie en algún hueco y temiendo alguna lesión de los perros. 4 horas sin haber visto nada y cuando ya estábamos a punto de recoger, Urki, con su año recién cumplido, nos brindó una pitorra despistada en una matucha de hayas jóvenes, cumpliendo David perfectamente con ella. Poco más que contar, es difícil disfrutar de la caza en un sitio así.


El sábado un paseo matutino en compañía del ilustre Jose Luis Garrido, antes de irnos al Campeonato Regional de becadas de Castilla y León y Provincial de León a ayudar en la recogida de datos de las becadas cazadas y entrega de trofeos por parte de José Luis como Presidente de Honor de la Federación de Caza de Castilla y León. Poco más de dos horas en los llanos de Sahagún, suficiente para que Nabia pusiera una chocha y que José Luis diera certera cuenta de ella, dejándome bendecida a la cachorra. Mención aparte merece el pincho a media mañana a base de queso curado de oveja de Valladolid, chorizo ibérico de Salamanca y vino viejo de Toro, que algún capricho hay que dar al cuerpo... Por cierto, pobre resultado en el Campeonato, solo 3 becadas cazadas por 25 participantes, proclamándose campeón regional Ricardo Ortiz, de Burgos, con una becada abatida de un solo disparo.


El domingo mañana muy entretenida por la montaña con Lida, Nabia y Xana, que este año la tengo un poco dejada de lado, no quiero forzarla a sus 10 años y la estoy reservando solo para salir en el pueblo. Decidí dejar tranquilas a las perdices e ir solo a las becadas, haciendo acto de presencia 4, pero con un comportamiento irritante, muchos peones y en zig zag, cruzando arroyos y prados de lado a lado como nunca había visto, y saliendo largas como viene siendo la tónica habitual este año, quizá debido a las condiciones meteorológicas, empezando a cazar con helada y -5º a las 9 de la mañana y terminando a +14º a las 15, algo totalmente atípico para el último domingo de noviembre. Al final otro 1-0 con la última de la mañana en una buena jugada de Nabia, que ha puntuado así dos días consecutivos y sigue sumando experiencia. Para terminar la mañana un paseo con Hera de media hora por unos abedules recordando viejos tiempos a sus 13 años y medio, con ganas pero muy limitada, lástima que no hubiera nada, me gustaría volver a disfrutar de algún lance con ella; nunca sabré agradecerle todo lo que me ha enseñado con las pitorras...

domingo, 22 de noviembre de 2015

Buen fin de semana de caza...en el plato

Fin de semana de caza malo en lo que se refiere al resultado de campo. Sábado de mal tiempo en la montaña, viento fuerte, turbones de nieve y aunque Manuel y yo movimos un bando de 10 perdices dándoles 3 vuelos con nuestras respectivas cachorras, no pudimos separar ninguna y finalmente se perdieron en una ladera cuyos urzales nos invitaron amablemente a desistir. Después un paseo rápido con las abuelas de la casa, Hera y Xana, acompañadas por las cachorras, viendo una pitorra nerviosa que tras tres vuelos nos citó para otro día.
Menos mal que reaccionamos a tiempo y organizamos una buena cena de amigos en casa de David con viandas variadas que trajimos de Estonia y con parte de lo que cazamos allí, unas barnaclas cariblancas y cercetas al horno y un par de grévoles a la plancha. Rico, rico...

 Barnaclas cariblancas y cercetas comunes al horno con su guarnición

Grévoles a la plancha, salchichas de ciervo y alce, cecina de ciervo y salchichón de alce

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Primer cupo de la temporada

Fin de semana de descanso cinegético antes de coger carrerilla para lo que nos queda por delante, y al que llegamos tras un jueves en que el rato que pudimos salir se dio francamente bien, cogiendo el primer cupo de becadas de la temporada, ya veremos si el único...

Una vuelta rápida con mi padre y Manuel a las perdices, un bando volado, los tres pudimos tirarles y todas se fueron de rositas buscando refugio en un pinar de repoblación infranqueable, nos ganaron la batalla. Después Manuel y yo nos decidimos a pasar por unas cabeceras de vallina que teníamos sin tocar a ver si encontrábamos otro bando y lo que nos encontramos fue una grata sorpresa en forma de pitorras. Cuatro llegamos a ver, con la suerte de poder hacerme con el cupo y encontrarme con una becada de las duras de verdad, que hizo a las perras esforzarse de lo lindo y a mi me permitió disfrutar de su trabajo en equipo aunque casi me dejaran sin resuello. El resultado, un vídeo largo pero en el que la segunda del día, la dura, no se merecía muchos cortes sino la pleitesía del recuerdo del trabajo que nos dio en sus tres levantes.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Estreno de temporada

Con retraso por el viaje a Estonia arranca al fin nuestra temporada de caza. Este año la perdiz ha criado bien en nuestro coto de la montaña, así que hay que aprovecharlas, disfrutando además de la caza con mi padre. 
El sábado tuvimos una jornada para el recuerdo. Por la mañana un par de bandos de perdices movidos y una perdiz cazada por cada uno, con un trabajo de bandera por parte de los perros, destacando el cobro de la perdiz abatida por mi padre por parte de Sharon descolgándose ladera abajo en medio de un urzal que ni los más valientes atraviesan y la guía de Lida y Nabia sobre el segundo bando de perdices hasta el piornal donde pude cazar la mía. Por la tarde una vuelta yo solo a las pitorras y éxito del 100%, 2 vistas y las dos para casa, ambas jóvenes y de entrada por la zona y el peso, 300 y 270g, respectivamente. Para redondear una jornada así, pude grabar todos los lances con la gopro, recuerdo imborrable de una gran jornada.



El domingo mañana entretenida, primero detrás de un bando de perdices que no se dejó arrimar y de vuelta al coche por el robledal tres pitorras con parecida suerte, la primera que nos burló en el peón y salió tapada por detrás nuestro sin dejarnos tirar, la segunda la típica de vuelos cortos saliendo en los tres levantes que le dimos por delante oyéndola tan solo sin llegar a verla y sin dar opción a tiro, y la tercera burlando un tiro de mi padre y otro mío entre unos abedules sin volver a verla después. Esperemos que se asienten allí y den juego otro día.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Unos días por Estonia

Pues sí, este año no solo David ha subido a Estonia a entrenar, sino que también me he animado y acompañado de cuatro amigos más subí una semana hasta Estonia. El plan era pasar unos días en la isla de Vormsi colaborando con el Club della Becaccia italiano en el anillamiento de becada y censos de becadas en migración y finalizar con algún día de caza en un terreno gestionado racionalmente en la península, con control de la presión de caza, del número de cazadores y establecimiento de un cupo de tres por cazador y jornada idéntico al que tenemos aquí.
La estancia en Vormsi fue genial, con los italianos como perfectos anfitriones (reconocer especialmente a Saverio toda la ayuda y hospitalidad que nos prestó) y en compañía de David que se ya se maneja por la isla como pez en el agua. Buena densidad de becadas que permitieron disfrutar tanto de unos cuantos lances con los perros cámara en mano como del anillamiento nocturno.



Los días de caza fueron también bonitos. Bosques interminables muy variados, cambiando de cazadero todos los días, predominando el abeto y el abedul, pero muy secos, con un otoño que calificaban como el más seco en 70 años, con solo 3 días de lluvia en agosto, septiembre y octubre. En estas condiciones solo se había visto un fuerte movimiento migratorio a mediados del mes de octubre, becadas que duraron por la zona solo un par de días siguiendo ruta en su camino hacia el sur. Por tanto, nos encontramos pocas becadas y esquivas, metidas en las zonas más cerradas y umbrías del bosque, donde había algo humedad. Al cupo establecido no llegamos ninguno, ni falta que hizo, puesto que las 6-10 becadas diarias vistas de media para cada uno de nosotros, más 2-3 grévoles y alguna que otra liebre fueron más que suficientes para poner a los perros jóvenes que llevábamos en contacto con las becadas, respondiendo positivamente la mayoría de ellos. En mi caso el objetivo era ver la reacción de Nabia a sus 14 meses frente a sus primeras becadas, y me dejó más que satisfecho, con ganas de verla funcionar esta temporada en nuestros robledales leoneses.


 


Una aventura que se hizo inolvidable en compañía de mis compañeros de viaje Pere, Palomo, Ricardo y Mejido. Risa tras risa, cachondeo tras cachondeo, tertulia tras tertulia y anécdota tras anécdota. Los 8000 km y 84 horas de viaje entre ida y vuelta se hicieron hasta cortos. Esperemos poder repetirlo en el futuro.