Fin de semana de descanso cinegético antes de coger carrerilla para lo que nos queda por delante, y al que llegamos tras un jueves en que el rato que pudimos salir se dio francamente bien, cogiendo el primer cupo de becadas de la temporada, ya veremos si el único...
Una vuelta rápida con mi padre y Manuel a las perdices, un bando volado, los tres pudimos tirarles y todas se fueron de rositas buscando refugio en un pinar de repoblación infranqueable, nos ganaron la batalla. Después Manuel y yo nos decidimos a pasar por unas cabeceras de vallina que teníamos sin tocar a ver si encontrábamos otro bando y lo que nos encontramos fue una grata sorpresa en forma de pitorras. Cuatro llegamos a ver, con la suerte de poder hacerme con el cupo y encontrarme con una becada de las duras de verdad, que hizo a las perras esforzarse de lo lindo y a mi me permitió disfrutar de su trabajo en equipo aunque casi me dejaran sin resuello. El resultado, un vídeo largo pero en el que la segunda del día, la dura, no se merecía muchos cortes sino la pleitesía del recuerdo del trabajo que nos dio en sus tres levantes.
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