lunes, 10 de enero de 2011

Mojadura tras mojadura

Fin de semana pasado por agua. Desde el miércoles lloviendo sin parar, pero con los próximos dos fines de semana perdidos de antemano por compromisos laborales y el día de Reyes que se esfumó, no podíamos dejar pasar este, así que botas de agua, impermeable y al monte.
He salido los dos días en el coto del pueblo, a probar dos zonas que todavía tenía sin tocar y que aparentemente debieran ser paradisíacas para las pitorras: de bosquetes de avellanos, abedules y acebos, con claros de turbera en medio y numerosos arroyos, pero ahí ni rastro de ellas. Las que se ven salen en las matas de robles. Eso sí, el suelo de los bosquetes de la triple A están limpios de sotobosque mientras que entre los robles todo el suelo está tapizado de urces más o menos altas. Está claro que ellas son las que deciden si un sitio es bueno o malo.
El resultado de los dos días fue el mismo, solo una pitorra vista pero efectividad a tope, el sábado al tercer vuelo después de dos levantes sin dar opción a tirarle al salir hacia la cara de los perros y la del domingo cobrada al primer levante después de marchar herida y pensar que la perdía. La curiosidad fue que esta última dio un peso en la báscula de 371 g, la más gorda que he cazado hasta el momento.

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