miércoles, 31 de diciembre de 2014

Ultimo fin de semana del año

El último sábado de caza del año me trajo el primer cero de la temporada, 5 horas de caza en la montaña sin ver pluma, ni pitorras ni perdices. Sí que tuve las perras puestas por dos veces en una zona donde hace 10 días volé una becada, pero ni la vi a ella ni sus cagadas. También las perras se entretuvieron tras un bando de perdices, varias muestras y peones por toda una cresta con gallinazas frescas, pero ni verlas.

El domingo solo pude salir dos horas y esta vez la suerte cambió, volando dos pitorras casi juntas. Primero una que vi levantarse sola por delante, y cuando las perras llegaron más o menos al sitio de donde debió haber salido muestran, algo de peón y nueva muestra firme. Pensando que serían los rastros de la volada al principio no le di importancia, pero como no rompían, sobre todo la Xana, que rompe rápido si no hay pájaro y que en esta ocasión se adelantó a Lida, busqué cómo colocarme por si acaso. En eso arrancó sorprendiéndome y aunque le pude tirar un tiro no le di. Seguí en la dirección que me pareció verla y en la siguiente vallina encontró la perdición con Xana y Lida rodeándola perfectamente.

El siguiente día de caza será el primero del 2015, ¡¡¡Feliz Año!!!

jueves, 25 de diciembre de 2014

Tradición navideña

Desde que puedo salir a cazar aquí al lado de León he establecido una tradición navideña, el paseo matinal para bajar la cena de Nochebuena y preparar el cuerpo para los vinos previos a la comida de Navidad. Una salida de un par de horas a la que hasta la fecha no ha fallado la pitorra navideña. Hoy además he sacado a Hera, que a sus 12 años y medio no está para paseos más largos. No tuvo opción de levantarle la becada a su hija, pero verla con la pitorra en la boca después del cobro me ha hecho recordar tantos y tantos buenos momentos de temporadas pasadas que hasta me he llegado a emocionar. En Año Nuevo repetiremos jornada semejante, y Hera volverá a estar en ella.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Ratines bien aprovechados

Esta semana a tocado salir a ratines, cuando el trabajo me lo ha permitido, pero no se ha dado mal. El jueves por la tarde salí en el pueblo a una zona del coto que tenía sin tocar este año y que después de la helada que había caído por la noche (-9 grados a las 9 de la mañana cuando mi padre salió a perdices) me daba que podía tener alguna, praditos encharcados, arroyos con algo de turbera, robledal medio solano... Así fue, aparecieron dos pitorras, haciéndome con una de ellas y burlándose de mi la otra en los dos levantes que le dieron las perras. Se terminó la pila del beeper de Xana y llevar un perro sin beeper ni campano por los robles es muy estresante, en esta ocasión fue la salvación para la pitorra, jajaja.


El sábado mañana de caza con mi amigo Mejido. 3 horas sin ver nada, con rastros y cagadas de una vieja conocida suya y en la última hora, después de cambiar de sitio, vemos 2 a muestra de Lida, llevándonos una cada uno como buenos amigos y una perdiz que después de un adrenalínico peón bajó Mejido de un tiro largo pero preciso, con perdigón del 10 pero si el tiro va a la sitio... Y entre medias una liebre a la que no nos dio tiempo de encarar entre los robles, una hora de traca.


El domingo solo dos horas de caza, la primera de visita a las becacinas. Solo vi 7, 5 de ellas levantando casi juntas y aunque les tiré dos tiros creo que no apunté realmente a ninguna, y dos sueltas de las que pude hacerme con una. Parece que este año les está costando bajar de sus cuarteles de invierno como a sus primas las becadas. Después otra hora a las pitorras en un par de vallejos donde ya había cazado una hace 3 semanas y donde otra ocupó su lugar. Un primer levante en el que aguantó bien la muestra de Lida, que yo llegara y me colocara, que Xana llegara y la bloqueara por el lado contrario, pero en el que supo escapar saliendo rasa entre los robles pudiendo tirarle de mala manera dos tiros que aparentemente no la tocaron. Siguiendo en la dirección que salió, vallina arriba, no habíamos andado 100 metros cuando Xana muestra en unas urces, saliendo esta vez franca. Que se posara así tan cerca y en un sitio relativamente poco propicio para defenderse me hizo pensar que algún perdigón del primer lance la tocó.



Aprovecho para desearos a todos ¡¡¡FELICES FIESTAS!!! y como siempre ¡¡¡buena caza con vuestros perros!!!

martes, 16 de diciembre de 2014

Becadas pirenaicas

Este fin de semana tocó paliza de viaje a horas intempestivas para disfrutar del ya clásico fin de semana de caza por el Pirineo catalán, en los dominios de nuestro amigo Palomo. Esta vez nos acompañó además mi padre, aprovechando que el sábado había una cacería de venado en el coto. 
Al final el pelo pudo a la pluma y el sábado nos quedamos David y yo solos tras las becadas, acompañados por Xavi, también de Gerona, que el año pasado se llevó un cachorro de la camada de Neska y Mago. Por cierto, no se si será el aire del Mediterráneo o que, pero Iru se ha hecho un perrazo, con un físico que nos sorprendió, bastante más desarrollado que su hermano Bizkor, con el que compartió jornada. Fue una mañana rara, en una esquina del coto que nunca habíamos cazado y donde anduvimos un poco despistados debido a la cacería y en la que anduvimos detrás del rastro de 3 becadas a las que no conseguimos ver, se iban levantando por delante dejándonos solo la cagada, el ruido al levantar o algunas veces ni eso, solo la muestra de los perros entre cagada y revoloteo. Por la tarde, ya solos David y yo, el uno con Zambra y el otro con Lida, pudimos disfrutar de uno de esos lances para recordar. Después de dos levantes "fantasmas", a la tercera muestra Lida y Zambra se fueron turnando con unos peones y muestras entre los bojes que nos llevaron a sudar adrenalina durante algo más de un cuarto de hora. Resultó una joven tardía pero menudo juego nos dio. Como digo, para recordar, porque nos falló la batería de la Gopro después de tanto día de encender y apagar la cámara, una pena.


El domingo ya salimos a la zona que solemos cazar todos los años, haciendo equipo Manuel y yo por un lado y David y Palomo por otro la mayor parte del tiempo. Una cazada bien trabajada por Lida y Xana, otra que fallamos Manuel y yo pecando de principiantes, una tercera que después de un buen peón de Xana, Yara y Lida salió por la espalda de Manuel sin poderle tirar ni ser capaces de dar con ella en la rebusca, y el rastro de al menos otra más que nos dejó la cagada bien fresca en el único rato que coincidimos los cuatro juntos fue el resultado de un precioso día entre pinos y bojes.


Quizá menos becadas que otros años y más esquivas, pero todo está más que justificado por el hecho de disfrutar de un cazadero tan bonito y distinto a los nuestros y, sobre todo, de la compañía y el afecto toda la familia de Palomo, que nos hace sentirnos como en casa, ¡¡mil gracias!!

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Jornadas con los amigos

Un par de semanas sin escribir, ¡¡se me acumula el trabajo y los lances!! Estos últimos días de caza he salido casi siempre acompañado por amigos variados y cazaderos diferentes,  probando incluso sitios nuevos donde nunca había cazado. No ha habido resultados espectaculares pero las pitorras siempre han hecho acto de presencia y nos han dado pie a estar entretenidos por el monte.

Con Manuel y Mejido hicimos equipo para dar una vuelta por robledales de la media montaña de León. Una jornada en la que vimos 3 pitorras muy ariscas y metidas en sitios bastante sucios, algo que nos resultó raro para las fechas en las que estamos y, sobre todo, para el tiempo que hacía hace dos semanas, templado y húmedo. Quizá barruntaran la borrasca que la semana siguiente dejó las primeras nieves y ya estaban ocupando sitios de invernada. El caso es que solo pudimos hacernos con una que hábilmente bajó Mejido con un tiro de reflejos cuando ya se nos levantaba por delante sin casi dejarse ver. Fue la tónica de los 10 levantes que tuvimos entre las 3, menos mal que al menos los perros pudieron morder una después de tanto peón y levante largo en el único tiro en toda la mañana.

La siguiente jornada fui con Carlos a su coto de Palencia, a priori bueno de entrada. Toda la mañana sin un triste rastro. A primera hora de la tarde Lida y Xana al fin consiguieron dar con una en un arroyo, 3 tiros de Carlos y nos parece que va pinchada. Seguimos en su dirección y 50 metros más adelante las perras de nuevo en muestra fija, pero no sale nada. Pensando en si podría haber dado un bote al pinar de al lado, empieza a sonar el collar de Lida a unos 80 metros. Llega Xana y patronea. Nos colocamos los dos, mando entrar a las perras, Xana rompe y queda de nuevo en muestra unos metros por delante de Lida. Me acerco poco a poco y llego a ver la pitorra camuflada entre las urces. Me sale a media altura hacia atrás, la dejo cumplir esperando a que Carlos tire y finalmente tiramos los dos a la vez abatiéndola. Por lo que hizo seguramente iba pinchada del primer levante como así nos pareció en el momento. Lo mejor fue el video resultante, se la ve como ninguna de las que había grabado hasta ahora en un día de caza.


Al día siguiente solo salí de mañana yo solo a tocar un monte que tenía sin visitar. Poca cosa, una pitorra a media mañana a la que no pude tirar en el primer levante y que en el segundo tuve suerte, porque nada más quedar las perras puestas en una esquina de una mata de robles sale por la otra punta de la mata pero cara a mi que me estaba acercando a la jugada, con lo que después de pasarme por encima  me brindó el tiro más fácil de lo que llevo de temporada.

Al jueves siguiente el trabajo no me dejó salir más que a dar una vuelta de hora y media por unas encinas donde nunca cazo porque me quedan a desmano y además tienen bastante conejo con lo que los fines de semana están copadas de podencos, sabuesos y conejeros. Ese día el trabajo me llevó por la zona y a las 16,30 que llegué allí no había nadie, así que me decidí a probar. Resultó un paseo movido, con cuatro levantes a dos chochas que no me dejaron ni encarar la escopeta. Menuda protección tienen en las encinas, a mi que me gusta disfrutar del lance, ver la pieza, dejarla volar y apuntar, en esos sitios que piden tirar casi al ruido, sin ver y a tenazón me sacan mucha ventaja.

El fin de semana de nuevo en compañía, esta vez de dos perdiceros vallisoletanos poco acostumbrados a las becadas pero que hacía años tenía ganas que me acompañaran un día, José Luis Garrido, una institución en el mundo de la caza en España, y su compañero de fatigas cinegéticas Carlos Sastre, acompañados también por mi amigo Juan, que vino desde Asturias huyendo del temporal de agua que tenían por allí ese sábado. Una mañana en la que levantamos dos pitorras y conseguimos cumplir el objetivo de los vallisoletanos tuvieran opción, puesto que la primera se levantó entre Lida y yo volando por encima de ellos dos abatiéndola Carlos de un certero disparo. La otra no nos dio opción y tras tres levantes puñeteros no volvimos a verla. Entre las pitorras, las carreras de 3 liebres que levantamos, el andar tranquilo, los habituales chascarrillos y el intercambio de vivencias cinegéticas con estos dos veteranos cazadores, verdadera escuela en vivo para cualquiera que tenga la suerte de compartir una jornada con ellos, se me pasó la que quizá haya sido la mañana más entretenida de la temporada. 

Después de comer y de que cada uno volviera a su casa, con todavía una hora de luz por delante me quedé solo a dar una vuelta por otra parte del coto. Apareció otra pitorra que me puso Xana ya casi entre dos luces y aunque después del segundo tiro me pareció que hizo un raro siguió volando. Seguí en la dirección en que la dejé de ver y al poco las perras empiezan a dar un peón, más peón, y más y más, hasta que unos minutos más tarde y cuando ya pensaba que estaban detrás de alguna liebre o de otro rastro viene Xana con la pitorra en la boca, con la lógica alegría por mi parte, abrazos y besos para Xana y Lida.


El domingo tocó descanso por la mañana y trabajo al mediodía cogiendo muestras en una cacería de jabalí, que me llevó nuevamente cerca de las encinas del jueves pasado, así que por la tarde le di una nueva oportunidad de dos horas a las encinas. No llevábamos ni cinco minutos cuando tenemos la primera muestra. Pensando como colocarme siento levantarse un bando de perdices, 6-8 por el ruido. Seguimos cazando y al rato nueva muestra en unas encinas cerradas. Cuando espero salir la becada arranca una perdiz ruidosa que logro ver un momento, lo justo para tirarle y hacerme con ella, un bonito macho del año. Al rato nueva muestra y una pitorra que me arranca sin verla aunque las perras sí que salen corriendo detrás de ella. Sigo andando en la dirección en que salió pensando que las encinas se me resisten cuando nuevamente suena el beeper de Lida. Xana llega y pone por el otro lado de las encinas y me coloco perpendicular a las dos y algo separado a ver si tengo más ángulo de visión. Las mando entrar pero no acaban de romper la muestra. Así pasamos unos segundos, minutos, horas me parece a mi, hasta que arranca y antes del quiebro para librar la siguiente encina puedo tirarle y hacerme con ella.

El lunes mañana por mi pueblo para cerrar el fin de semana de tres días. Con mucha helada y días previos de nieve y frío decido meterme en un par de arroyos a ver, sacando además a la vieja Hera, que todavía me aguanta recorridos de un par de horas, pero no encuentro ni rastro. Me paso al robledal y las perras dan con una pitorra en una zona de robles grandes muy limpia, lo que supone que la pitorra haga un peón largo y se levante lejos viéndola de milagro. Otro levante parecido más adelante y a la tercera, cuando iba por el mismo camino de las dos veces anteriores, esta vez se despista con la distancia dando a Xana la oportunidad de volver a mostrarla después del peón, y a mi de abatírsela cuando ya quería poner tierra de por medio levantando por detrás de una urz.


En fin, días con amigos, ratos de soledad y alguna que otra pitorra para entretener a perros y cazadores, así que poco más podemos pedir.

martes, 25 de noviembre de 2014

Cupo y vuelta a la realidad

Ya picados con las pitorras y con las previsiones de lluvia amenazando, dedicamos los tres días a meternos a los robles, con Xana ya reincorporada al equipo. El jueves acompañado de Manuel y Yara, recuperados ambos del susto de la semana pasada, tuvimos la suerte de pillar una entradita y volar cuatro becadas, que nos tuvieron toda la mañana en danza. La suerte estuvo de mi lado y pude hacer el primer cupo de la temporada, y quién sabe si único dado lo raro que es hacerlos por nuestros cotos. Mala suerte para Manuel que no pudo cazar la única a la que pudo tirar. Hubo un poco de todo, un par de ellas metidas en zonas espesas típicas de invernada y un par de ellas al borde de caminos, típico de las recién llegadas. Y encima pude grabar todos los lances, así que qué menos que hacer un video para recordar el día.


El sábado repetí cazadero y fue una vuelta a la realidad. Toda la mañana sin tener ni rastro y una vista por la tarde que nos tuvo a las perras y a mi en tensión hasta que pudimos cobrarla al tercer levante. Le gustaba apeonar y salir larga pero al final dio una opción a tiro que pude aprovechar.


El domingo diluvio de agua, así que salida sin mucho ánimo, pero estamos empezando y nos pueden las ganas. A la hora de empezar a cazar las perras me pusieron una pitorra que tras aguantar la muestra unos minutos que se me hicieron eternos decidió salir cara a ellas dejándome con cara de tonto cuando ya esperaba un tiro fácil. En la rebusca costó un rato dar con ella de nuevo, con un levante largo sin dar opción a tiro tras la muestra y correspondiente peón de las perras y finalmente un tercer levante también largo tras un también largo peón pero en el que dejó un resquicio al dar un quiebro encima de una mata, lo que resultó su perdición y correspondiente premio al esfuerzo de Xana y Lida. Escurriendo como estábamos los tres y después del buen rato pasado, dí por finalizada la jornada a las 12, para días así de desapacibles era más que suficiente.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

La prometedora Txuwi nos deja desolados

Apenas nos habíamos recuperado de la pérdida temporal de la Yara de Manuel cuando llega otro mazazo canino, este con mucho peor desenlace, en las carnes de la Txuwi de David. 
Tras cazar con ella el sábado y verla un poco floja, el domingo la vio cansada y le dio descanso. El lunes al levantarse la perra no se movía y estando yo fuera todo el día bajó con ella a la clínica de León a la que suelo ir cuando necesito que algún perro pase por quirófano. Primer diagnóstico: perforación de estómago y peritonitis. Rápida fluidoterapia y vitamina K para estabilizarla de cara a la operación pero no aguantó, murió a los pocos minutos. Un mazazo con mayúsculas para David y para nuestro afijo, puesto que con año y medio que tenía se perfilaba como una gran promesa de futuro después de la buena media veda que había hecho y de que en Estonia fuera de los perros que más supo aprovechar la experiencia.
En fin, un gran disgusto del que no estamos nunca exentos los que tenemos perros de caza. Nos dan infinitas alegrías, pero qué mal lo pasamos cuando sucede algún incidente de este tipo o simplemente se mueren de viejos...
Personalmente siempre la recordaré como la que mostró la becada que mejor he podido fotografiar hasta la fecha, en el minuto 3:35 del video de Estonia que ya colgué en su día y que vuelvo a poner aquí. 


¡¡¡GRACIAS TXUWI!!!

lunes, 17 de noviembre de 2014

Tiempo de picos largos

Tras un primer intento el sábado pasado, el jueves programamos una segunda salida en el coto más becadero que tengo, acompañado de Manuel. Sin embargo, la niebla y el agua cayendo a mares nos hicieron cambiar de rumbo e ir a probar de nuevo al llano. Resultó un día para olvidar, al cuarto de hora de salir Yara, la pointer de Manuel, desapareció, y tras 6 horas de búsqueda tuvimos que dejarlo por imposible sin tener ni rastro de ella. El agua que caía y el fuerte viento no ayudaba, difícil que nos oyera. Por la tarde hice una salida de hora y media y Lida me brindó la primera pitorra de la temporada, pero no la disfruté porque todavía tenía a Yara en la cabeza. El viernes volvimos a buscarla a la zona y después de 3 horas y cuando ya nos dirigíamos al cuartel de la Guardia Civil a poner la denuncia, la vimos venir por un camino detrás del coche. En ese momento se liberó toda la tensión, el mal cuerpo que teníamos y otra vez volvimos a los comentarios de caza, planificaciones de jornadas, expectativas... y acordarme de la primera becada de la temporada cazada el día anterior. En fin, un mal trago afortunadamente con final feliz.


El domingo de nuevo al llano empujados esta vez por la nieve que cubrió la montaña el sábado y la niebla con que amaneció el día allí. Jornada entretenida mano a mano Lida y yo en la que volamos dos pitorras, la primera se vino a casa con nosotros y la segunda burlándonos en 3 levantes sin posibilidad de disparo, saliendo siempre larga y tapada, una espabilada con la que habrá que batirse en duelo más adelante. Después un paseo a ver si las becacinas también habían llegado, pero parece que están más remolonas. Solo vi 5 y sueltas, cuando lo normal es ver mínimo una docena y en grupitos de 2 ó 3. Aún así pude hacerme con una, con lo que doy por comenzada de pleno la temporada de picos largos, becadas y becacinas, que a partir de ahora acapararán la mayoría de las jornadas de lo que resta de temporada.


lunes, 10 de noviembre de 2014

Días de pelo

Estos últimos días de caza ha tocado pelo, la pluma no se ha dejado tocar. El jueves volví con mi padre a la zona donde el domingo pasado había volado dos bandos de rubias y allí que volvimos a verlas, pero esta vez los dos bandos volaron al coto de al lado sin poder tirarles y nos dieron calabazas. Por la tarde me fui a dar una vuelta a unos abedulares y matas de roble de un alto a ver si teníamos ya alguna pitorra. En una de esas matas las perras mostraron firmes, un pequeño peón y de nuevo en muestra. Nervios, tensión... y arranca una liebre entre los robles. Resultó ser un macho de liebre de piornal, 2,7 kg que en el chaleco pesan lo suyo. Hacía unos cuantos años que no cobraba ninguna, así que también me hizo ilusión. Otra endemismo de nuestra fauna vagamente descrita, muy poco estudiada y de la que cuesta mucho encontrar fotos en vivo.


Ante las previsiones de mal tiempo para la montaña (y acertaron, tuvimos la zona tapada de niebla y lloviendo a mares), el sábado quedé con mi amigo bretonero José Mejido para dedicar una primera jornada a las pitorras de los robledales del llano, un poco pronto de fechas, pero hay que empezar a tantear. Ni rastro de ellas, y las que pagaron nuestro intrusismo en el monte fueron una liebre, esta ya ibérica,y un conejo "CR7" que tras varios quiebros entre los robles al final se equivocó de banda. Como colofón al día una parrilla de alitas y conejo de monte adobado que nos quitaron las penas e hicieron que la tertulia se alargara merecidamente. La liebre me ha venido bien para hacer unas cuantas fotos junto con la de piornal para ver diferencias entre una especie y la otra, algo que no he encontrado en ninguna publicación o libro y que espero sirva a cualquier interesado en la materia.


El domingo vuelta a la montaña con mi padre, con Xana de baja. El sábado debió clavarse un palo en una axila y se hizo un buen boquete; 4 grapas de sutura y descanso de al menos una semana. Un día desapacible, con nieve en los altos y una brisa que cortaba la cara. Las perdices estaban a buen recaudo y no se dejaron ver más que dos solas, las despistadas de sus respectivos bandos, que debieron volar entre las escobas sin que llegáramos a escucharlas, solo nos dejaron sus gallinazas y alguna muestra de los perros como señal de su presencia. Otra vuelta a casa con una buena panzada de andar por el monte, al menos nos ponemos en forma.



martes, 4 de noviembre de 2014

Entre perdices y cazuelas

Fin de semana de nuevo tras las montaraces perdices. Dos medias jornadas solo de mañana probando un coto nuevo al que me han invitado a cazar la menor este año. El sábado, acompañado de mi padre, tras cuatro horas de caza solo vimos un bando de 6-7 perdices del que pude hacerme con un macho viejo que parecía el padre de todas las del coto. En la báscula dio 585 gramos, un buen bicho, con el buche repleto de semillas y hojas verdes a diferencia de las que habíamos cazado hasta ahora en las que predominaban los saltamontes y escarabajos. Además vimos dos zorros, un gato montés y 14 corzos con lo que estuvimos toda la mañana entretenidos.


El domingo volví solo a la parte más alta del coto y en otras cuatro horas de caza vi más rastros, gallinazas y muestras de los perros que en todos los días que llevamos de temporada juntos, pero la escopeta quedó muda, sin opción. Un bando de perdices rubias al que solo sentí volar entre unas urces y que solo pude ver cuando se metían al coto de al lado y otro que me dio dos vuelos entre las peñas sin dejarme arrimar a ellas y que finalmente se descolgó ladera abajo a una mata de robles donde ya no bajé por falta de tiempo (y de ganas, desnivel del 31% me marcaba el GPS del móvil...). Entre medias 4 pardas despistadas que me dejaron disfrutar de la muestra de las perras, aunque pensando que sería el rastro de las rubias recién levantadas no saqué tan siquiera la cámara para grabarlas, con las ganas que tengo de hacerles algún video levantando, otra vez será. Es raro, la rojas parece que han criado bien y la pardas me dice la mayor parte de la gente que también, pero yo solo he visto dos bandos pequeños que me hacen pensar que por mi zona no han criado tan bien. La cruda realidad de las Perdix es que tras prohibirse su caza nadie se ha preocupado tan siquiera de hacer un censo para ver cómo le va a la especie, está abandonada a su suerte, solo sabemos de ellas algún guarda preocupado, algún cazador que gusta de perrearlas de vez en cuando y algún furtivo de gatillo fácil, una pena.
Y hoy he podido disfrutar de la perdiz del sábado otra vez, en esta ocasión en el plato. La falta de tiempo de estos años de atrás me llevaba a lo fácil, dárselas a mi madre para que las preparara o hacerlas en escabeche, mucho más rápido y limpio. Este año, con el parón de trabajo hasta mediados de este mes, he vuelto a las viejas costumbres y a cocinar la caza con mimo: un arroz meloso de perdiz que he disfrutado casi tanto como el lance. El consumo de la carne de caza es una delicia, casi privilegio, diría yo, al que los propios cazadores deberíamos dar más valor aún si cabe.

viernes, 31 de octubre de 2014

Jornada perfecta

La de ayer fue una jornada de caza que merece mención propia. Ante las previsiones de buen tiempo mi padre y yo fuimos al cazadero más bonito y duro de uno de nuestros cotos de montaña, en el que sabemos que podemos enfrentarnos a 3 bandos de perdices que por lo general salen siempre con todas las de ganar, pero al cual no faltamos a la cita al menos una jornada al año. Una ladera de matorral que sube desde los 1300 a los 2000 metros, con falsos llanos, peñas, pequeñas cárcavas y un incipiente estado de abandono del uso tradicional ganadero que hace que las urces, escobas y piornos hayan ido cubriendo los claros y pastizales e incluso el propio matorral empiece a ceder terreno ante el avance de los robles y abedules.



El día de ayer cumplió las expectativas. Tras la búsqueda infructuosa en la falda de la ladera de un primer bando de unas 10 que ha estado dejándose ver durante el rececho y que ayer no nos dio la cara, levantamos el segundo a 1750 metros de altura, haciéndose mi padre con un bonito macho del año pasado, volando el resto hacia los robledales de la ladera. Seguimos subiendo a ver si alguna despistada quedó por los claros y las que nos sorprenden son 6-7 pardas que nos alegran la vista y aceleran a los perros, huyendo por entre las peñas como cazas de combate. Para reponer fuerzas, un trago en la fuente de Cabaleche, a 1795 metros, agua pura donde las haya. De vuelta a las peñas rodeando los robles por el pastizal del alto nos salta una liebre de piornal que se burla de los dos tiros de mi padre poniendo urces de por medio. Finalmente, bajando ya al coche encontramos el tercer bando, pequeño, de solo 6-7 perdices, al que fallo estrepitosamente una perdiz por precipitado, de esas que estás imaginando cómo la cobran las perras antes de haber disparado, en fin... En el segundo levante mi padre se hace con una hembra del año. Les damos otro vuelo para confirmar que son solo 6 perdices y las dejamos tranquilas, el día ha sido más que suficiente y hay que asegurar que al menos 5 lleguen a final de temporada y resulte una pareja que pueda criar. Si la nieve no lo impide habrá que volver...

lunes, 27 de octubre de 2014

Apertura de temporada 2014-2015

Ayer al fin se abrió la veda de la caza menor en Castilla y León. Como todos los años dedicaremos las primeras jornadas a las perdices para después poco a poco meternos al roble tras las pitorras. Además, este año parece que la perdiz ha criado bien en nuestros cotos de la montaña, no hay más bandos, con el monte cerrándose cada vez más están los que pueden estar, pero sí que parece que todos tienen 10-12-14 perdices, lo que permite que, sin presionarlas mucho cada día, podamos repetir jornadas y asegurar que al final de la temporada queden al menos 6-7 por bando.
Después de la fuerte tormenta que cayó el sábado al atardecer, con el monte empapado y una temperatura veraniega en cuanto el sol brilló con fuerza, la jornada empezó extraña. 3 horas de paseo por donde siempre están la perdices por estas fechas y ni una triste cagada. Hacia las 12 al fin dimos con un bando de 11-12, metidas en un escobal muy protegido en medio de la ladera, volando ya al sitio que les corresponde, donde habíamos empezado por la mañana. Una hembra en el primer levante y un macho en el segundo me permitieron redondear el trabajo de Xana y Lida, todavía con unos kilos de más después de criar la camada. Mi padre tuvo la oportunidad de hacerse con otra, pero no atinó bien el tiro y solo pudo cogerle la matrícula y apalabrar cita con ella para más adelante, jejeje.
¡¡¡Buena caza a todos!!!

viernes, 24 de octubre de 2014

Una escapada a Estonia

Por tercer año consecutivo David pasa el mes de octubre en Estonia entrenando perros para la becada. Este año tuve la fortuna de poder acompañarle unos días y disfrutar del perreo durante todo el día y de las labores de anillamiento nocturno de becadas que nuestros amigos del Club della Beccaccia desarrollan allí. 
Es dura la labor de David, 12 perros de diferentes dueños, todos jóvenes, cada uno con sus virtudes, defectos y manías; saber combinarlos adecuadamente y llevarles al ritmo de progresión que necesitan en cada momento se hace complicado, exige muchas horas y un derroche físico y mental al que me costaba seguir el ritmo. Disfruté de mi labor de ayudante y "capturador de imágenes" y me traje unos buenos fragmentos de video de los lances de los perros y unas cuantas fotos que saliendo por aquí tardaría años en conseguir. Ojalá pueda repetir la experiencia en el futuro.







sábado, 11 de octubre de 2014

Cada mochuelo en su olivo

Los cachorros de Lida ya llevan dos semanas con sus nuevos dueños y las noticias que nos llegan son buenas. Todos están totalmente integrados y destacan por su buen carácter y desparpajo. Tampoco lo dudábamos mucho, cada vez damos más importancia al carácter a la hora de hacer una camada. Desde nuestro punto de vista si tienen la cabeza bien amueblada todo lo que venga después será mucho más fácil. No vemos lógico criar con perros tímidos, flojos de carácter, desequilibrados, etc, aunque sean buenos perros de caza, porque no vemos responsable permitir que transmitan esas taras a su descendencia.
Ahí van unas fotos que nos han ido enviando de los cachorros.